Respuestas
Respuesta:
Las primeras evidencias de uso del fuego por seres humanos provienen de diversos sitios arqueológicos en África Oriental, como Chesowanja —cerca del lago Baringo—, Koobi Fora y Olorgesailie, en Kenia. Las pruebas encontradas en Chesowanja consisten en fragmentos de arcilla roja de una antigüedad de 1,42 millones años.2 Ensayos realizados en los fragmentos encontrados en el lugar muestran que la arcilla debió ser calentada a 400 °C para endurecerse.
Explicación:
El control del fuego por homininos primitivos fue un punto de inflexión en su evolución cultural y permitió que proliferaran debido a la mejora en la absorción de proteínas e hidratos de carbono que proporcionaba la cocción, además de permitir la actividad en horas nocturnas y de proporcionar protección ante los depredadores.1