En tu cuaderno, haz una lista con las acciones de control que realiza Woodford una vez que se da cuenta de que algo andaba mal en Olympus.

Describa el papel que habría tenido para Olympus que sus directivos hubieran contado con una contabilidad ética que les ayudara a identificar a tiempo la situación real de la empresa.

ÉTICA EMPRESARIAL
Lee el siguiente texto: El extraño Caso Olympus La empresa japonesa Olympus es fabricante de cámaras fotográficas y equipos médicos basado en Kioto. Woodford llevaba casi tres décadas trabajando en Londres como responsable de la empresa en Europa, cuando en abril de 2010, el británico Michael Woodford, veterano de operaciones de empresas europeas, se convirtió en el primer Director General de Olympus, cuando el propio Tsuyoshi Kikukawa le llamó para que se hiciera cargo de su puesto y se trasladara a Japón. Woodford acepta y en abril de 2011 comienza a trabajar como máximo responsable de la compañía en Tokio. Sin embargo, nada fue como se esperaba, ya que Kikukawa, lejos de retirarse, asumió los cargos de presidente y miembro delegado del Consejo de Administración, manteniéndose aferrado al poder y al mando de la empresa y dejando a Woodford con poco margen de maniobra. «Pensé que podríamos trabajar de forma efectiva como aliados», dijo el inglés. Pero «Kikukawa era vanidoso y obsesionado consigo mismo». Pero lo que hizo sospechar a Woodford de que algo estaba pasando en Olympus fue leer un artículo publicado por Facta, una revista japonesa de negocios, en el que se narraba que la compañía había hecho carísimas adquisiciones durante años, pagando grandes cantidades por empresas en la ruina y elevadas comisiones a asesores poco conocidos. Es más, la publicación dejaba ver, que parte de ese dinero desviado por Olympus, podría haber llegado a personas vinculadas con el crimen organizado. La revista daba tantos detalles que Woodford, preocupado, la creyó y pidió explicaciones al propio Kikukawa, quien rehuyó contestarle. Movido por lo que le dictaba la conciencia, Woodford intentó por todos los medios aclarar el asunto, primero mandando cartas al Consejo Administrativo pidiendo información y luego, tras no obtener nada con ello, reclamando el puesto de miembro delegado del Consejo de Administración para investigar el caso y amenazando con dimitir si no se lo daban. Kikukawa aceptó, pero siguió mandando y siendo la sombra del nuevo delegado del Consejo Administrativo, lo que a Woodford no le sirvió para nada. Sin embargo, el directivo pidió un informe a la consultora de PwC que confirmó sus sospechas: Existe contabilidad falsa en Olympus, por lo que se sintió con autoridad de pedir la dimisión de Kikukawa, pero le salió «el tiro por la culata», ya que sólo provocó su propio despido por actuar, supuestamente, de «forma arbitraria» y no entender «el estilo japonés de gestión». El único camino que vio Woodford, tras esta nueva derrota, fue acudir a la prensa, llamó al corresponsal de Financial Times en Tokio y le contó toda la historia, poco antes de huir a Londres, ya que temió por su vida. Una vez allí, también acudió a agencias reguladoras y a ciertos accionistas institucionales de Olympus. Fue el punto de inflexión de esta historia, ya que tanto la opinión pública como la prensa japonesa lo apoyó y se inició una investigación que acabó con la dimisión (y posterior condena) de Kikukawa. Sin embargo, en un ámbito más local, las acusaciones acabaron en saco roto y no dejaron a Woodford que volviera a dirigir Olympus. «Japón tiene un sistema único de cruces accionariales, y además hay una relación incestuosa entre compañías, proveedores y bancos. Muchas empresas japonesas tienen Consejos Administrativos que son mediocres o algo peor, y siguen en esa posición hasta que se retiran del cargo. Con una deuda pública por encima del 200% del PIB, Japón necesita un vibrante sector corporativo, pero en su lugar, tiene a unos pocos disputándose el poder a puerta cerrada». Desde el principio algo olía mal en la contabilidad de la empresa, y esto a pesar de que las auditoras KPMG y Ernst & Young habían dado el visto bueno. Woodford sospechaba que alguien estaba robando una cantidad importante de dinero, en particular le llamó la atención la compra reciente de empresas a precios inflados y el pago de exorbitantes comisiones a firmas de asesorías fantasmas. Por esto pidió una investigación, el Consejo de Administración no estuvo de acuerdo, pero él siguió insistiendo hasta que le echaron.

Respuestas

Respuesta dada por: alvarezemely726
20

Respuesta:

La lista de acciones de control que realiza Woodford una vez que se da cuenta de que algo andaba mal en el Olympus es:

1. Llamados de atención verbales al diálogo con entre ambas partes.

2. Llamados de atención escritos mediante cartas de notificación

3. Llamados de atención en los medios de comunicación públicos

4. Despidos laborales por falta de ética empresarial

5. Demanda legal al delincuente por daños y perjuicios a la empresa.

Pidió información a través de cartas al consejo administrativo

-Al confirmar sospechas dimitió contra kikukawa (Falta de ética empresarial)

-Tras ser despedido acudió a la prensa y llamó al corresponsal Financial Times en Tokio.

Explicación:

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