En nuestro país, el cargo de mayor poder político no lo asumen dos cónsules, ni
emperadores, sino lo asume una persona elegida por todos los ciudadanos. ¿cómo se llama
ese cargo?
Respuestas
Respuesta:
Explicación:
un presidente
La elecciones presidenciales son en Colombia las elecciones en las cuales los colombianos eligen de forma directa al presidente y vicepresidente
Respuesta:
El cónsul (en latín consul) era el magistrado de más alto rango de la República romana. El cargo era anual y colegiado, y se elegía a dos cónsules cada año entre ciudadanos mayores de cuarenta y dos años.1 Su cometido era la dirección del estado y, especialmente, del ejército en campaña. Sin embargo, tras el establecimiento del Imperio los cónsules fueron una figura meramente representativa de la herencia de la Roma republicana, ostentando muy poco poder y autoridad, ya que el emperador actuaba como líder supremo.
Índice
1 Evolución del cargo
2 Cónsul sustituto (consul suffectus)
3 Consular
4 Signos externos y vestiduras
5 Véase también
6 Referencias
7 Enlaces externos
Evolución del cargo
Los Fasti Triunphalis Capitolini con los cónsules y los Triunfos de la II Guerra Púnica
Originalmente, a los cónsules se les llamó pretores ('caudillos'), haciendo referencia a sus obligaciones como comandantes supremos del ejército de Roma. En el 305 a. C., el nombre del cargo se cambió a cónsul (Cónsules, literalmente «los que caminan juntos») haciendo referencia a que era un cargo colegiado. El Consulado fue establecido desde los inicios del establecimiento de la República romana en 509 a. C., cuando los cónsules tenían extensas capacidades en tiempos de paz (administrativas, legislativas y judiciales), y en tiempos de guerra, en que el cónsul era general en jefe de los ejércitos. Adicionalmente tenía también alcance religioso incluyendo ciertos derechos de importancia.
Progresivamente van perdiendo atribuciones: primero algunas facultades judiciales civiles y criminales (delegadas en cuestores o decenviros nombrados en cada caso); después sus decisiones debieron ser refrendadas por el Senado; luego pierden la administración del Tesoro (en favor de los Cuestores) y la de los archivos públicos; más tarde perdieron el control de las arcas del ejército (en favor de los Cuestores Militares); posteriormente pierden sus funciones de censor (en favor de los Censores) y de nombrar las vacantes del Senado (también atribuidas a los Censores); después perdieron la facultad de nombrar Cuestores (que pasó a los comicios tribunados); luego, las otras atribuciones judiciales (en favor del Pretor); posteriormente, las competencias sobre fiestas, policía y mercados (en favor de los Ediles Curules), y también la facultad de nombrar dictador (que pasó al Senado). Finalmente solamente conservaban una parte del Poder legislativo y el mando del Ejército.
Las funciones de los cónsules, al aumentar el territorio, hubieron de ser delegadas para cada provincia: primero en cuestores insulares con funciones consulares (en las islas desde el 227 a. C.) y después con la figura del procónsul (o propretor) para Hispania Citerior, Hispania Ulterior, Galia Cisalpina, Galia transalpina, Mauritania, África. Con el Imperio el número de provincias se acrecentó notablemente.
En 190 a. C. se estableció que para acceder al Consulado debía haberse pasado con anterioridad por las magistraturas inferiores, con un tiempo de inactividad prefijado entre cada magistratura (véase cursus honorum). Como ocurrió con la censura, esta disposición hizo que el consulado fuera accesible casi en exclusiva a la aristocracia.
Los Cónsules fueron patricios hasta las Leyes de 367 a. C. (387 de Roma). De 387 a 412 de Roma, la cuestión es debatida, con alternativas; de 412 a 581 de Roma, hubo un cónsul patricio y uno plebeyo; desde 582 de Roma, ostentaron el cargo, bien un patricio y un plebeyo, o bien dos plebeyos, y nunca dos patricios.
Cabe recordar que Belisario fue nombrado cónsul único en el año 534 d. C., y fue uno de los últimos individuos en ocupar este puesto que para entonces ya era un mero puesto simbólico, reliquia de la antigua República romana. El consulado sería definitivamente abolido por el emperador Justiniano I en 541
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