Respuestas
Respuesta:
SI
Explicación:
Vivimos en un mundo donde el plástico es el rey del entorno material donde nos movemos.
Mucho se ha avanzado en tecnologías de plásticos desde su invención en 1860 con el celuloide como plásticos naturales y con la baquelita 70 años después como plástico sintético. En nuestra época, después de más de un siglo, se teorizó sobre su composición molecular, lo que dió pasó a una amplia catalogación de productos plásticos y desarrollo especializados para la industria y el consumo.
Los plásticos presentan una serie de ventajas con respecto a sus antecesores como son el acero o la madera. Se pueden producir a gran escala, parten de una materia hasta hace poco barata como es el petroleo, permiten producción masiva de objetos a base de moldes o pulverizado, tienen una baja inercia química, son aislantes eléctricos y del ruido, impermeables y otras diversas propiedades dependiendo de cada tipo.
Pero por otra parte posee cientos de inconvenientes, como lo es su producción, donde la mayoría de veces son necesarios catalizadores muy tóxicos, su fabricación emite vapores o humos que dañan a la población y el entorno que le rodea, suelen degradarse en compuestos tóxicos en presencia de calor, son caros de reciclar y dada su estructura molecular, es muy difícil de ser degradada por el propio medio ambiente.
El dilema
Nuestro sistema actual, para crecer exponencialmente como lo ha hecho estos últimos 20 años, se basa en el sistema de generar riqueza en base al endeudamiento (nuestro o de los que nos rodean), que a su vez se basa en el sistema de consumo de bienes materiales, estos dos a su vez forman parte de un sistema capitalista llevado al extremo.
Acostumbramos -o mejor dicho, nos han acostumbrado- a conseguir objetos a bajo precio, pero no sabemos que esto es de hace más bien poco. Desde que renunciamos a la calidad a cambio de tener muchos productos nuevos en poco tiempo, la fabricación del plástico ha creado lo que sería el nuevo boom industrial que mueve por día millones de euros en la producción y venta de plásticos para dar de comer a la demanda diaria.
Este plástico, incluido en objetos, desde TV, móviles, bolsas o botellas, se tira casi tan rápido como se produce pero igual que se han inventado procedimientos para producir toneladas de plástico a gran escala y de forma muy barata, poco se ha avanzado en el deshecho de plásticos y tampoco es oro todo lo que reluce, tanto para el fabricante como para el sumidor final que envuelve sus filetes en plástico o recibe su nuevo televisor en casa.
Actualmente, el precio del petróleo y las leyes sobre residuos plásticos plantean verdaderos dolores de cabeza a la industria del plástico. Por una parte, el petróleo del cual se extraen casi la totalidad de los diferentes polímeros que conocemos, esta en sus precios más altos, y no volverá a bajar. Además las leyes llevan a reciclar los plásticos de una manera cara con procesos térmicos, químicos o termoquímicos, por los cuales se reciclan plásticos procedentes de la industria de producción de automóviles, electrodomésticos, etc…
Los polímeros “naturales” o degradables por el medio ambiente aún no están extendidos lo suficiente como para mejorar el panorama del reciclado, pero es que además no todos los países cumplen con las expectativas de reciclado, incluida España. Estos polímeros de nueva tecnología serían ideales ya que dada la demanda y deshecho de plásticos es necesario un procedimiento más barato, menos contaminante y más rápido que el actual, no solo de reciclado sino de producción. Dado el precio de barril de petróleo actual, podríamos calcular como sube cada año el precio de producción de plástico -y fíjate como puede impactar en la economía explosiva de consumo- de 20 toneladas de petroleo se pueden extraer sólo una tonelada de polímeros plásticos.