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Respuesta:
Santa Rosa de Lima O.P. (Lima, Virreinato del Perú, 30 de abril de 1586-Ib., 24 de agosto de 1617), de nombre secular Isabel Flores de Oliva, fue una mística cristiana terciaria dominica canonizada por el papa Clemente X en 1671. Entre los santos nacidos en América (antiguamente Indias Occidentales), Santa Rosa de Lima fue la primera en recibir el reconocimiento canónico de la Iglesia católica.
Fue proclamada excelsa patrona de Lima, del Perú (en 1669), del Nuevo Mundo y las Filipinas (en 1670).1 Además, es patrona de institutos educativos, policiales y armados: de Venezuela, Policía Nacional de la República del Perú, Policía Nacional del Paraguay y las Fuerzas Armadas argentinas. En virtud de la enfermedad que le produjo la muerte, es santa patrona de los tuberculosos
Explicación:
Respuesta:
Isabel Flores de Oliva o también conocida como Santa
Rosa de Lima nació en Lima el 30 de abril de 1586. Sus
padres fueron el arcabucero Gaspar Flores y María de
Oliva. Bautizada como Isabel, su madre empezó a llamarla
Rosa desde que un día, al acercarse a su cuna, le vio el
rostro encendido como una rosa. La mayor parte de su
infancia y adolescencia los pasó en el pueblo de Quive,
una reducción indígena ubicada en la sierra de Lima, entre
la confluencia de los ríos Chillón y Arahuay. Hasta allí se
trasladó la familia Flores de Oliva, porque Gaspar había
conseguido trabajo como encargado de una mina. De
niña, la futura Santa Rosa de Lima sufrió una enfermedad
que le imposibilitaba la movilidad de las piernas. Su madre
quiso aliviarle con una receta local, cubriéndole las piernas con pieles de buitre, medida
que finalmente agravaría los males de la pequeña, sufriéndolos en silencio.
Santa Rosa de Lima se muda fuera de Lima
Una vez crecida la niña, sus padres quisieron que tomara interés en los negocios de la
familia y su madre un día la llevó al ingenio minero para que viera el procesamiento del
metal. Santa Rosa de Lima no mostró ningún interés y, por el contrario, advirtió a sumadre que el oro era la moneda que ofrece el mundo para perdernos. Al ocurrir un
derrumbe en la mina, los Flores de Oliva tuvieron que retornar a Lima. Rosa ya estaba
decidida a seguir la vida religiosa y tomó como modelo la vida de Santa Catalina de
Siena. En 1605 quiso ingresar al monasterio de Santa Clara, pero debido a su pobreza no
pudo reunir la dote necesaria. Entonces hizo voto de vivir consagrada al Señor vistiendo
el hábito de terciaria dominica y edificó con sus propias manos, en el huerto de su casa,
una cabaña en la que pasaba el día orando o mortificándose.
La autopenitencia de Santa Rosa de Lima
Abandonó los alimentos de la vida diaria, sobreviviendo a pan y agua que combinaba
con hierbas y jugos. Llevaba cilicios en torno de los miembros y se flagelaba a menudo;
cuentan que en una ocasión trató de infligirse cinco mil golpes en un lapso de ocho
días, a imitación de la pasión de Cristo. Llevaba una corona de espinas tan apretada
que la sangre le chorreaba por las mejillas. Con generosidad recibía enfermos en su
casa y los atendía.
Santa Rosa de Lima sufrió también la tentación del demonio quien ella llamó el sarnoso;
pero gozó de la presencia de Dios y de las apariciones de la Virgen María, el Ángel de
la Guarda y Santa Catalina de Siena. Atrajo la devoción de un círculo de damas
piadosas quienes trataron de seguir su ejemplo. Los tres últimos años de su vida los pasó
en casa del contador Gonzalo de la Maza, un alto funcionario virreinal, cuya esposa
admiraba a la virtuosa limeña. Durante su larga y dolorosa enfermedad tuvo apariciones
milagrosas y presentimientos, como la destrucción del Callao producto de un
maremoto, hecho que vino a cumplirse en 1746. Falleció el 24 de agosto de 1617, a los
31 años de edad. El Papa Clemente X la canonizó el 12 de abril de 1671, fijándose su
festividad el 30 de agosto. Fue la primera santa del Nuevo Mundo y parte importante de
la historia del Perú.
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