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Este relato de “una sola lengua” (11:1) antedata la genealogía del capítulo anterior donde menciona varias “lenguas” (10:20, 31). En los escritos antiguos, muchas veces se da una genealogía y luego va relatando las vidas de los mencionados.
Sinar quedaba en una llanura (11:2). Si querían llegar al cielo, construir en una llanura no les habría ayudado. Parece que el autor se está mofando de ellos.
La razón por la que Jehová quiso confundir su lengua y esparcirlos (11:6-8) era porque al estar todos juntos no estaban cumpliendo con el mandato de fructificar, multiplicarse y henchir la tierra (Gén 1:28; 9:7).
Ver a Jehová hablar en plural, “descendamos y confundamos”, es otra indicación de que Jehová jamás ha estado solo. En los estudios bíblicos, los que acompañan a Jehová se llaman el concilio o consejo divino. Este consejo de seres divinos aparece por toda la Biblia en hebreo (eg. “Jehová de los ejércitos”, “hijos de Dios”, etc.). Muchas traducciones (más en español) no incluyen los hallazgos de manuscritos antiguos como los de los manuscritos del Mar Muerto que también apoyan la creencia universal del antiguo Cercano Oriente del consejo divino.
En cada cultura hay historias para explicar el origen del mundo en el que viven. Esta historia de las lenguas está presentada en forma de crítica en contra de Babel. La palabra “Babel” en hebreo es la misma traducida como Babilonia (בָּבֶל). Solo por tradición, es traducida aquí como “Babel”. Por motivo de que los babilonios conquistaron a Jerusalén en el siglo VI a. C., muchos creen que esta historia fue compuesta en su presente forma en esa época, en forma de crítica. Babel o Babilonia no llegó a ser un pueblo reconocido (con sus torres de ladrillo) hasta el siglo X a. C. según la arqueología, mucho después de lo que relata Génesis. El libro de Éter, en el Libro de Mormón, habla de una “gran torre” (Éter 1:3, 5) pero no usa el nombre “Babel”. Esto da lugar a que sí había una torre pero que lo pueblos durante o después el exilio a Babilonia le pusieron el nombre de Babel o Babilonia. También existen otras posibilidades. Lo importante es no criticar las opiniones de otros.
Se nos da la genealogía al final de este capítulo es para preparar el camino para presentar a Abram (Abraham), Sarai (Sarah) y Lot. Los siguientes 12-13 capítulos se tratarán de ellos.