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la de los hombres era más ruda la educación y las mujeres eran más débiles y se quedaban en casa como ahora estamos todos
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Las diferencias de género en educación en España se ven con mucha más claridad cuando segmentamos por grupos de edad, tal y como hace la gráfica que mostramos a continuación. Observamos una dinámica muy clara: las generaciones de mujeres de menos de 45 años están mejor formadas que los hombres (una diferencia que se incrementa a medida que miramos personas de menor edad), la generación de entre 45 y 54 años tiene niveles educativos por género similares y entre las de personas de más edad, los hombres alcanzaron niveles medios de formación más elevados.
Destaca el caso de las personas entre 25 y 29 años, donde hay una diferencia de 13,5 puntos porcentuales (pp) en la proporción de mujeres con educación universitaria y el porcentaje de hombres con dicho nivel educativo. Paralelamente, en ese mismo grupo de edad hay una diferencia de 11,6 pp en aquellos que no tienen secundaria superior. Esto muestra una vez más la clara dualidad de nuestro sistema educativo: las diferencias en el porcentaje de personas que no completan educación secundaria superior se trasladan directamente en diferencias en la proporción de personas que completan estudios universitarios.
En las siguientes gráficas comparamos estas cifras con diferentes países europeos. En general, en prácticamente todos los países grandes europeos encontramos una tendencia similar, las mujeres jóvenes están más educadas que los hombres, mientras que en generaciones más mayores los hombres tienden a tener mejor nivel educativo. El caso de España es especialmente notorio: la diferencia en el porcentaje de hombres y de mujeres que han completado como mínimo secundaria superior es la más alta entre las grandes economías europeas para todas las generaciones menores de 45 años. Para generaciones mayores, España está más bien en la media en términos de gap de género en educación.
Para educación universitaria la brecha de género es superior en Bélgica y Suecia, pero España sigue teniendo una diferencia muy grande entre generaciones menores de 45. Igual que en el caso anterior, está diferencia se disipa rápidamente según miramos grupos de edades más avanzadas.
Hemos visto que las mujeres españolas jóvenes se forman más que los hombres, y que esta brecha es mayor a la que encontramos en otros países. Se nos ocurren diversos motivos para explicar este fenómeno. En primer lugar, los trabajos que antes de la crisis tenían un salario relativamente elevado y no requerían formación secundaria superior o universitaria se concentraban en sectores típicamente masculinos (manufacturas, construcción). Por ese motivo, era más probable que los hombres jóvenes dejarán de estudiar para trabajar. Otra razón, podría ser que, dado que existe una brecha salarial importante (o la percepción de que la hay), las mujeres tiendan a formarse más para compensar por este fenómeno. Es decir, intentan compensar la discriminación en el mundo laboral con un mayor esfuerzo en la etapa educativa.
Otra serie de razones suele centrarse en que las mujeres tienen, de media y a nivel agregado, capacidades que se valoran más en nuestro sistema educativo, por lo que tienden a suspender menos y, por lo tanto, es más improbable que se desvinculen del sistema educativo. Como vemos en la gráfica siguiente el porcentaje de mujeres que repite curso es inferior al de hombres a lo largo de toda la enseñanza obligatoria y el Bachillerato. En 2º de Primaria, por ejemplo, repite curso el 4,1% de las mujeres frente al 5,2% de los hombres. Hacia primero de la ESO estas cifran aumentan a un 15% de los hombres y un 10,6% de las mujeres. Por eso no es de extrañar que el abandono escolar temprano ('dropout') sea muy superior en el caso de los hombres: uno de cada cuatro no completa el segundo ciclo de Secundaria. Para las mujeres esta cifra es del 18%, siete puntos menos.
También queremos hablar de las diferencias en la tipología de los estudios que hacen los hombres y las mujeres y ver si en otros países son similares. En el gráfico siguiente vemos el porcentaje de mujeres entre las personas que se gradúan con estudios universitarios en distintas ramas del conocimiento. Las carreras con un mayor número proporcional de titulados varones son aquellas que tienen que ver con informática (solo 15% de mujeres) e ingeniería (solo 18% de mujeres). Las que más proporción tienen de mujeres son aquellas que tienen que ver con servicios sociales (83%), educación (casi el 80% de mujeres) y medicina y salud (73%). Encontramos cifras relativamente cercanas a la paridad en las ciencias básicas y una representación femenina algo mayor del 60% en humanidades y ciencias sociales. Destaca el hecho de que esta dinámica está generalizada para prácticamente todos los países desarrollados, aunque se encuentran pequeñas diferencias individuales (en España las artes y humanidades tienen mayor representación relativa de hombres y las ciencias básicas mayor representación femenina que en otros países europeos).
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