Respuestas
Respuesta:
El payaso corrió hacia los vecinos de la aldea y gritó: “¡Fuego! ¡Se está quemando el circo, ayúdennos!”. Los aldeanos, creyendo que se trataba de un chiste se rieron y aplaudieron. El payaso, al que nadie notó su alarma porque su maquillaje burlón impedía ver su rostro angustiado, gritó más alto: “¡Se está quemando el circos, ayuden a apagar el fuego, podría extenderse!”. Pero las risas fueron aún más fuertes. Lo repitió una tercera vez y todos acabaron muertos de risa. El final se lo podrán imaginar: el fuego arrasó el circo y las llamas consumieron la aldea.
Explicación:
Con esta parábola el filósofo danés Soren Kierkegaard trató de alertar a la humanidad, en el siglo XIX, de los peligros que la rodean si se dejaba engañar por la inmediatez de lo placentero y no reaccionaba ante las señales de peligro. Si no se hubiese presentado vestido de payaso ante los aldeanos, si se hubiese tomado un poco de tiempo para quitarse el maquillaje, para que viesen su rostro aterrado, quizá los aldeanos habrían reaccionado y podría haberse evitado la tragedia. Pero no fue así y Kierkegaard sentenció: “El mundo se acabará en medio de los aplausos de todos los graciosos que se creerán que es una broma”.