hola, que tal?............... ¿Que diferencia hay entre el "Conflicto del campo" del 2008 y los conflictos por la tierra?
Respuestas
Respuesta:
El denominado “conflicto del campo” de 2008 constituyó uno de los conflictos agrarios más
importantes y largos de la historia argentina y ha dado lugar a una rica y variada producción
académica que busca desentrañar sus principales claves explicativas. Algunas
investigaciones han hecho énfasis en las transformaciones estructurales del agro argentino
(Barsky y Dávila, 2008; Basualdo, 2008, 2011; Bisang, 2008; Godio y Robles, 2008; Katz,
2008; Reboratti, 2010; Teubal y Palmisano, 2010; Varesi, 2010), mientras que otras han
profundizado en las lógicas políticas e ideológicas desplegadas (Giarraca et al, 2008; Fair
Rzezak, 2008; Ibáñez y Cabral, 2008; Gras y Hernández, 2009; Mengo y Pizarro, 2010;
Rigotti, 2014). Nuestro trabajo se propone avanzar articulando los factores de
transformación económico-estructural a partir del eje de acumulación, con los componentes
específicamente políticos e ideológicos que conforman el eje de hegemonía, integrando
transversalmente la dimensión territorial.
Entendemos que, como señala de Jong (2001), el estudio de los procesos históricos
requiere comenzar con el análisis de la estructura del fenómeno social y sus articulaciones
superestructurales. Por ello, nos remitimos a la exploración de las contradicciones del
sistema expresadas en la modalidad actual de ocupación del territorio, las formas de
dominación y las capacidades diferenciales de acumulación. Es a través de la práctica social
de los actores que el territorio se construye diferencialmente; el mismo es un ámbito de
imbricación de las múltiples expresiones de poder. Y es en la relación de poder gestada
entre los distintos actores que surge la posibilidad del conflicto (Manzanal, 2007). Pero
además, retomando a Sánchez (1991) y Blanco (2007), el territorio no es sólo resultado sino
condición; es una variable que interviene en los procesos como un factor que, en su
diversidad espacial, fuerza y habilita actuaciones diferenciadas.
Nos proponemos pensar las contradicciones como tensiones que surgen de la unidad de los
distintos y contrarios dentro de una totalidad, que motivan su movimiento, y que emergen de
la estructura, aunque nunca lo hacen de modo directo sino que se encuentran
sobredeterminadas (Althusser, 1988 [1962]) por una multiplicidad de factores, tales como el
contexto mundial, el pasado nacional y las particularidades de las superestructuras. A su
vez, las contradicciones, en determinadas condiciones, pueden volverse antagónicas (TseTung, 1968 [1937]). Así, las categorías de contradicción y antagonismo nos convocan a
indagar de forma dialéctica en los componentes económicos y políticos de los procesosEl denominado “conflicto del campo” de 2008 constituyó uno de los conflictos agrarios más
importantes y largos de la historia argentina y ha dado lugar a una rica y variada producción
académica que busca desentrañar sus principales claves explicativas. Algunas
investigaciones han hecho énfasis en las transformaciones estructurales del agro argentino
(Barsky y Dávila, 2008; Basualdo, 2008, 2011; Bisang, 2008; Godio y Robles, 2008; Katz,
2008; Reboratti, 2010; Teubal y Palmisano, 2010; Varesi, 2010), mientras que otras han
profundizado en las lógicas políticas e ideológicas desplegadas (Giarraca et al, 2008; Fair
Rzezak, 2008; Ibáñez y Cabral, 2008; Gras y Hernández, 2009; Mengo y Pizarro, 2010;
Rigotti, 2014). Nuestro trabajo se propone avanzar articulando los factores de
transformación económico-estructural a partir del eje de acumulación, con los componentes
específicamente políticos e ideológicos que conforman el eje de hegemonía, integrando
transversalmente la dimensión territorial.
Entendemos que, como señala de Jong (2001), el estudio de los procesos históricos
requiere comenzar con el análisis de la estructura del fenómeno social y sus articulaciones
superestructurales. Por ello, nos remitimos a la exploración de las contradicciones del
sistema expresadas en la modalidad actual de ocupación del territorio, las formas de
dominación y las capacidades diferenciales de acumulación. Es a través de la práctica social
de los actores que el territorio se construye diferencialmente; el mismo es un ámbito de
imbricación de las múltiples expresiones de poder. Y es en la relación de poder gestada
entre los distintos actores que surge la posibilidad del conflicto (Manzanal, 2007). Pero
además, retomando a Sánchez (1991) y Blanco (2007), el territorio no es sólo resultado sino
condición; es una variable que interviene en los procesos como un factor que, en su
diversidad espacial, fuerza y habilita actuaciones diferenciadas.
Nos proponemos pensar las contradicciones como tensiones que surgen de la unidad de los
distintos y contrarios dentro de una totalidad, que motivan su movimiento, y que emergen de
la estructura, aunque nunca lo hacen de modo directo sino que se encuentran
indagar de forma dialéctica en los componentes económicos y políticos de los procesos
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