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Respuesta:
Sin lugar a dudas, los Estados Unidos de América fueron los más beneficiados tras la desintegración de la URSS. La causa es evidente: era su gran rival económico y político durante la Guerra Fría. Sin su rivalidad, los EEUU se erigieron como la gran superpotencia hegemónica del mundo, a nivel económico, político y militar. También supuso una importante victoria simbólica para los estadounidenses. Suponía la victoria definitiva del capitalismo como forma económica imperante, el aplastamiento definitivo del comunismo y la forma de hacer política que lideraba la URSS.
Además, su hegemonía política, militar y diplomática se vio reforzada durante y tras la Primera Guerra del Golfo. En ella Washington se puso al frente de la coalición internacional que intervino en Kuwait. Esto abrió la puerta a toda la serie de intervenciones que los americanos realizaron y están realizando en Oriente Próximo y Medio (Israel, Iraq, Afganistán…), con el pretexto de garantizar la paz y la seguridad internacional.
Explicación:
Respuesta: Sin lugar a dudas, los Estados Unidos de América fueron los más beneficiados tras la desintegración de la URSS. La causa es evidente: era su gran rival económico y político durante la Guerra Fría. Como es evidente, la Federación Rusa fue la más afectada por la rápida desintegración de la URSS a finales del año 1991, tanto a nivel económico, político y militar. No obstante, esta desintegración no cambió el hecho de que Rusia seguía teniendo el potencial militar suficiente para amenazar a cualquier país del mundo, incluso a EEUU. En Europa y en América se pensaba que, una vez muerta la URSS, se acabarían los problemas con los soviéticos, los ahora rusos.
La desaparición de este gran bloque hegemónico mundial dejó ya abiertos muchos de los problemas a los que aun hoy en día nos seguimos enfrentando. Entre ellos, problemas religiosos, ideológicos y políticos que no quedaron zanjados tras la desaparición del mundo soviético. Uno de los aspectos más llamativos es la población de estos países. Uno no deja de ser soviético de la noche a la mañana. Eso trajo consigo que gran parte de la élite social comunista de la URSS lo siguió siendo una vez desaparecida ésta, adaptándose al nuevo panorama internacional sociopolítico.
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