Respuestas
Se conoce como católicos críticos o protestantes católicos a aquellos miembros de la Iglesia católica que sin contradecir ningún dogma de fe, cuestiona algunas de las enseñanzas, actuaciones, o sectores de la Iglesia. Este tipo de críticas están completamente permitidas por la Iglesia, siempre que no cuestionen nada de la base de la doctrina católica (Dogmas de Fe).[cita requerida]
Las separaciones de cristianos de la Iglesia católica durante la Reforma protestante ocurrieron porque algunos católicos críticos pusieron en duda y negaron alguno de estos dogmas:
Martín Lutero negó la inefabilidad y el poder del papa, así como varios sacramentos e inició la Reforma luterana.
El rey Enrique VIII se autoproclamó Jefe Supremo de la Iglesia de Inglaterra, dando lugar a la Reforma anglicana al no obtener el divorcio de su primera esposa.
Juan Calvino, Guillaume Farel, y otros protestantes suizos también negaron los dogmas sobre los sacramentos, sobre la Iglesia,... sentando las bases del calvinismo.
Ferenc Dávid y sus compañeros húngaros sumaron a las críticas de Martín Lutero la negación del Dogma de la Santísima Trinidad, fundando el unitarismo.
Algunos motivos de críticas internas en la Iglesia católica es la prohibición a las mujeres de ejercer el sacerdocio femenino[23] (algo en lo que gran parte de los católicos no está de acuerdo [cita requerida] ); los privilegios fiscales de la Institución Eclesiástica en algunos países (en España, por ejemplo, la Iglesia está exenta de pagar el Impuesto sobre Bienes Inmuebles sobre los Bienes de interés cultural, como todos los propietarios de dicho tipo de bienes inmuebles); la mala repartición de bienes materiales, ya que mientras algunas misiones cristianas en África viven en la más absoluta pobreza, en la Santa Sede y en muchas diócesis de Europa y América hay abundancia en dinero y otros bienes. Esto último también es criticado por el actual papa Francisco, quién ya ha dado los primeros pasos para hacer en el Vaticano un voto de sencillez para poder subvencionar a los más necesitados en el mundo.
Existe una sección en la Ciudad del Vaticano precisamente para escuchar, tramitar, y dar respuesta a todas estas quejas, para, como asegura en su carta fundacional, "hacer una Iglesia de todos, en la que cada fiel tenga voz y voto".