Respuestas
Caminaba por una calle de mi ciudad, de repente alguien, una señora de edad avanzada, se asoma a la ventana de su casa y ella simplemente me mira por un momento, que tal vez no duró más de un segundo, el caso es que su mirada me asombró inmensamente por la calidez que irradiaba, lo que me llevo a deducir que se trataba de una persona de buen corazón, noble, esa fue la impresión a primera vista que tuve de ella, ya que me miró como se mira a alguien muy querido, podría ser una hija o una nieta. Yo traté de continuar mi camino pero no pude dejar de volver a mirarla a lo que ella sonrió y me dijo: hijo deseo que tengan un excelente día, que encuentres todo lo que buscas y logres llegar a tu destino con éxito.
Como caminante de esta ciudad, llena de imperfecciones y de personas a quienes te daría temor emprender una conversación con ellas, juro que la señora de la ventana me transmitió tal confianza y deseos de conocerla que a los días siguientes cuando volví a pasar frente a su casa le llevé unos bocadillos preparados por mi mamá, agradeciéndoles la hermosa señora con un gesto de cariño inmenso.
Respuesta: microrrelato del otro lado de la ventana
Él simplemente miraba por la ventana, pero al ver sus ojos me di cuenta de algo asombroso… Confirmé por completo que es cierto cuando te dicen que los ojos son la ventana del alma, porque esos brillantes y expresivos ojos color marrón que me miraban con tremenda intensidad e igual cantidad de curiosidad estaban contándome una historia de su alma, de su espíritu, de su vida.
Contaban historias de las noches desveladas en las fiestas más alocadas, que yo mismo recuerdo muy bien, que se las pasaba como si no hubiese preocupaciones en el mundo; de las melodiosas mañanas familiares, tan alegres y divertidas, en las que se creaban memorias con sus seres queridos; de amaneceres estudiando para completar sus metas propuestas, y de las tardes de pación pasadas al lado de la mujer más magnifica... Contaban tantas cosas, tantas memorias guardadas en lo profundo de su alma, mi alma, que perfectamente podría quedarme viendo esos ojos todo el día.
- “¿Qué te pasó?”, -me preguntó mi versión de la ventana, interrumpiendo mis pensamientos.
Finalmente aparté renuente la mirada, observando al mismo tiempo mi reflejo en el cristal; marrones ojos opacos ausentemente me devolvieron la mirada. Suspiré. Sonreí.
- “¿Y tú que crees? La vida”
Explicación:
ESPERO QUE TE AYUDE !! :)