realizar un cómic con mínimo 10 viñetas donde relacione los medos de comunicación encontrados en el "gato con cartas " y los medios de comunicación actuales. plis ayuda El gato con cartas Texto: María Luisa Valdivia Dounce Ilustración: Natalia Gurovich Eran las seis de la mañana... El Gato con Botas se puso su mejor traje y se peinó; tomó su alforja, guardó en su chaleco la carta que había escrito durante la noche y salió a entregarla. Pero cuando abrió la puerta... Junto a las botellas de leche encontró una postal que no era para él. Como vio que la podía entregar, pues le quedaba de paso, el Gato con Botas, con su carta en el chaleco y su alforja aún vacía, tomó la postal y empezó a caminar. Caperucita Roja estaba desayunando. Cuando vio llegar al Gato con Botas, dio el último bocado a su bolillo con na- tas y salió sonriendo a recibirlo. Entonces, con un maullido gustoso, el Gato con Botas le dijo: Junto a las botellas de leche encontré esta postal que es para ti.Caperucita Roja estaba muy contenta. Le contaba al Gato con Botas las aventuras de su abuelita cuando, de repente, se acordó de que en su buzón había encontrado una carta que no era para ella. Entonces, con la mejor de sus sonrisas, Caperucita Roja le preguntó al Gato con Botas si él podría ir a dejar la carta. El Gato con Botas vio la carta y, como le quedaba de paso, aceptó llevarla. —¿Cómo puedo agradecerte el favor? —le preguntó Cape- rucita Roja. —Dame diez panecillos para comer en el camino. Y así, el Gato con Botas, con su carta en el chaleco, metió los diez panecillos en su alforja, tomó la carta y siguió su camino. 23 24El Príncipe Azul estaba leyendo en el jardín. Cuando vio llegar al Gato con Botas, cerró su periódico, se quitó los ante- ojos y esperó a que el felino se acercara. Entonces, con un maullido solemne, el Gato con Botas le dijo: Caperucita Roja encontró en su buzón esta carta que es para ti. El Príncipe Azul estaba conmovido. Le comentaba al Gato con Botas que era la primera niña que le escribía y que le gustaría mucho conocerla y platicar con ella... cuando, de repente, se acordó de que en su corres- pondencia había encontrado un telegrama que no era para él. Entonces, en tono ceremonioso, el Príncipe Azul le pre- guntó al Gato con Botas si él podría ir a dejar el telegrama. El Gato con Botas vio el telegrama y, como le quedaba de paso, aceptó llevarlo. —¿Cómo puedo agradecerte el favor? —le preguntó el Príncipe Azul. —Dame tu espada para defenderme en el camino. Y así, el Gato con Botas, con su carta en el chaleco y con los diez panecillos en su al forja, se ciñó la espada reluciente, tomó el telegrama y siguió su camino. Blanca Nieves estaba escribiendo tranquilamente. Cuando vio llegar al Gato con Botas, con toda calma guardó papel y pluma y salió a recibirlo. Entonces, con un maullido pausado, el Gato con Botas le dijo: El Príncipe Azul encontró en su correspondencia este telegrama que es para ti. 25
saray535:
Y así, el Gato con Botas, con su carta en el chaleco, con los diez panecillos en su alforja y con la espada reluciente, se puso la capa de seda, tomó el sobre y siguió su camino.
Entonces, con un maullido ronco, el Gato con Botas le dijo:
Blanca Nieves encontró en su reja este sobre que es para ti.
—Dame un buen consejo. —Al lugar donde vas, sólo podrás entrar cuando hayan dado las seis de la tarde; entonces verás la ventana, que na- die jamás ha visto, en lo más alto de la torre más alta.
Y así, el Gato con Botas, con su car- ta en el chaleco, con los diez panecillos en su alforja, con la espada reluciente y con la capa de seda, metió la pizca de pimienta en la otra bolsa de su alforja y siguió su camino.
En ese momento, el Gato con Botas supo qué hacer: sacó la pimienta de la otra bolsa de su alforja, le sopló fuerte y esperó. La Bella Durmiente estornudó y estornudó, y ¡por fin se despertó! Cuando vio al Gato con Botas tan Gato con su chaleco,
Entonces, con un maullido suavecito, el Gato con Botas le ronroneó al oído:
Junto a mi corazón encontré lo que en esta carta escribí para ti. Dicen por ahí que desde entonces, el Gato con Botas y la Bella Despierta siempre andan juntos
Si es verdad o es un cuento, quizá nadie ha de saber. Lo único que es cierto es cuanto acabas de leer. Una carta es un misterio, ¿quién lo habrá de resolver? Piensa tú, que estás despierto, lo que puede contener.
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Respuesta: oye amiga intenta buscar en el Internet
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