texto argumentativo sobre la relación de la variedad de climas con la diversidad de especies del país usando adecuadamente los materiales para el cuidado del medio ambiente.

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Respuesta dada por: palominoclaudia777
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Biodiversidad

La actual preocupación por la pérdida de biodiversidad no es debida simplemente al hecho de que desaparezcan algunas especies, sino al temor de que estemos asistiendo a una masiva extinción como la que dio lugar a la desaparición de los dinosaurios y otras grandes extinciones que se han dado a lo largo de la evolución de la vida. Y esas extinciones han constituido auténticos cataclismos. Lo que preocupa, pues, y muy seriamente, es la posibilidad de que estemos provocando una catástrofe que arrastre a la propia especie humana. Es urgente poner fin al conjunto de problemas (creciente urbanización, contaminación pluriforme y sin fronteras, explotación intensiva de recursos, introducción de especies exóticas depredadoras…) que está provocando la degradación del planeta, contribuyendo así a salvaguardar la biodiversidad y evitar la extinción de especies, con medidas que salgan al paso de estos problemas y, en particular, planes de acción encaminados a proteger los hábitats y las diferentes especies de fauna y flora.

Explicación:

Importancia de la biodiversidad

Es preciso reflexionar acerca de la importancia de la biodiversidad y de los peligros a que está sometida en la actualidad a causa del actual crecimiento insostenible, guiado por intereses particulares a corto plazo y sus consecuencias: una contaminación sin fronteras (ver Lucha contra la contaminación y Frenar el cambio climático), la degradación ambiental..., que dibujan una situación de emergencia planetaria y han conducido a hablar de “ecocidio”, neologismo con el que se denuncia la pérdida de biodiversidad y deterioro generalizado del medio ambiente y sus recursos naturales, como consecuencia de la acción directa o indirecta de los seres humanos sobre los ecosistemas que está acercándose peligrosamente e incluso transgrediendo los límites biofísicos del planeta (Rockström et al., 2009; Folke, 2013). Se creó por ello un Center for Biological Diversity que utiliza sistemáticamente la estrategia de denuncias ante los tribunales de las prácticas destructivas, como una forma de resistencia a la degradación de la biosfera. Y existen movimientos ecologistas como Greenpeace que apuestan por las acciones espectaculares, e incluso otros más radicales como Earth Liberation Front, Deep Green Resistance o Anarquismo Verde que apuestan por la acción directa para derribar “a través de cualquier medio” un sistema industrial que consideran intrínsecamente destructivo (Taylor, 2013).

Para algunos, sin embargo, la creciente preocupación por la pérdida de biodiversidad es exagerada y aducen que las extinciones constituyen un hecho regular en la historia de la vida: se sabe que han existido miles de millones de especies desde los primeros seres pluricelulares y que el 99% de ellas ha desaparecido. Pero la preocupación no viene por el simple hecho de que desaparezca alguna especie, sino porque se teme que estamos asistiendo a una masiva extinción (Duarte Santos, 2007) como las otras cinco grandes extinciones (Lewin, 1997) que se han dado a lo largo de la evolución de la vida, como la que dio lugar a la desaparición de los dinosaurios. Y esas extinciones masivas han constituido auténticos cataclismos. Lo que preocupa, pues, y muy seriamente, es la posibilidad de provocar una catástrofe que arrastre a la propia especie humana (Diamond, 2006; Normander, 2012). Según Delibes de Castro, “diferentes cálculos permiten estimar que se extinguen entre diez mil y cincuenta mil especies por año. Yo suelo citar a Edward Wilson, uno de los ‘inventores’ de la palabra biodiversidad, que dice que anualmente desaparecen veintisiete mil especies, lo que supone setenta y dos diarias y tres cada hora (…) una cifra fácil de retener. Eso puede representar la pérdida, cada año, del uno por mil de todas las especies vivientes. A ese ritmo, en mil años no quedaría ninguna (incluidos nosotros)” (Delibes y Delibes, 2005). En la misma dirección, Folch (1998) habla de una homeostasis planetaria en peligro, es decir, de un equilibrio de la biosfera que puede derrumbarse si seguimos arrancándole eslabones: "La naturaleza es diversa por definición y por necesidad. Por eso, la biodiversidad es la mejor expresión de su lógica y, a la par, la garantía de su éxito”. Es muy esclarecedor el ejemplo que da acerca de las vides: de no haber existido las variedades espontáneas de vid americana, ahora hace un siglo la uva y el vino hubieran desaparecido en el mundo, debido a que la filoxera "liquidó hasta la última cepa de las variedades europeas, incapaces de hacerle frente". Comprometerse con el respeto de la biodiversidad biológica, concluye Folch, constituye una medida de elemental prudencia.

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