relacionar el estallido de la revolución francesa en 1789 con la desigualdades existentes en la sociedad de ese país
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hølą
La Revolución Francesa es uno de esos pocos eventos de la historia de la humanidad, cuyas consecuencias sísmicas continuan reverberando a traves de los siglos y más allá de las fronteras de Francia. La tempestad que se desató después que el pueblo de París finalmente se rebeló y se tomó el odiado símbolo de La Bastilla el 14 de julio de 1789, no solo marca el final de una débil monarquia y del llamado "antiguo régimen". No fue simplemente el caso de una turba empobrecida que se alzó contra sus despotas gobernantes en un desesperado intento de revancha y de reivindicaciones. Fue todo eso y mucho más. Ya el escritor inglés Charles Dickens, en 1859, intentó definir lo que fue la Revolución Francesa: una época contradictoria, caótica, que dio para todo. "Fue una era de sabiduría, una era de torpeza, fue una época de fe, una época de incredulidad, fue la estación de las Luces, pero también la estación de la Oscuridad...".
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LA POLEMICA
Las imágenes tradicionales de la Revolución estan fijadas en la conciencia colectiva y no son precisamente las más bellas: turbas enardecidas que cantan "La sangre de los impios mojará nuestros campos!", cabezas clavadas en palos, Marat asesinado en la tina, los reyes guillotinados... De ahí que no pocos afirmen que más que para celebrar, el 14 de julio es una fecha para lamentar. Sin embargo, la estrategia oficial ha sido la de enfocar el aniversario hacia lo que se considera la mayor conquista democrática de todos los tiempos: la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano con sus postulados de igualdad, libertad y soberanía popular. Todo, con la evidente y tal vez sana intención de echar una cortina de humo sobre las famosas masacres de septiembre de 1792, el Terror de 1793 y el levantamiento de 1793 y 1794, que dejó más de 400 mil muertos.
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EL PRINCIPIO DEL FIN
Pero, qué es una revolución? A modo de definición podría decirse que es el súbito hundimiento de las instituciones que en pocos años, destruye lo que ha tardado siglos en arraigar. Es la caída, el derrumbamiento rápido de todo lo que ha constituído la esencia social, política y económica de la vida de un país.
Una revolución así es lo que se produce en Francia en el siglo XVIII, cuando la civilización tradicional se hace caduca. El rey, que en los días de Luis XIV podía darse el lujo de decir "El Estado soy yo", ha perdido poder. La nobleza, anteriormente al servicio del Estado federal, se halla sin mayores obligaciones y su papel parece reducido al de ser ornamento de la corte. Pero esto sucede, entre otras razones, porque en Europa se ha venido experimentando un cambio profundo debido al enriquecimiento, gracias al comercio interoceánico, de la burguesía, que ahora busca el control del poder, hasta entonces monopolizado por la aristocracia. El régimen feudal se ha debilitado y la burguesía exentos de tributos.
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EL HUECO
Pero, aparte de las discusiones filosóficas, hay graves problemas económicos. Cuando Francia llega a la cifra de 4 mil millones de francos de deuda con un Tesoro exhausto y sin mas posibilidades de gravar con nuevos impuestos al pueblo, todos, incluído el Rey Luis XVI, que era excelente cerrajero y gran cazador, pero estadista incapaz, caen en la cuenta de que hay que hacer algo. El Rey llama entonces a Turgot, Jacobo Turgot, barón de L'Aulne, para hacerlo su ministro de Hacienda en 1776. Con 60 años cumplidos, representa a la clase de los señores feudales en vía de extinción. Ha desempeñado con acierto el cargo de gobernador de provincia y se ha revelado como hábil economista. Como es imposible seguir exprimiendo con tributos a las masas campesinas, piensa que la solución es gravar a los privilegiados, lo cual lo convierte en la figura más odiada de los cortesanos de Versalles. Su principal enemiga es la misma Reina, María Antonieta, que se opone a todo aquel que ose pronunciar en su presencia la palabra economía.
espero que te ayude