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Estructura energética actual en Argentina
En la actualidad, según se publica por parte de la Asociación Argentina de Energías Renovables y Ambiente (ASADES), la estructura energética del país en términos de potencia en el año 2015, se distribuye de la siguiente manera: 63,30% energía térmica, 30,29% energía hidráulica, 4,76% energía nuclear, 1,21% de importación, 0,43% de energía eólica, y 0,01% de energía solar.
La Cámara Argentina de Energías Renovables (CADER) es la principal asociación, sin ánimo de lucro, que aglutina a empresas tanto nacionales como internacionales que desarrollan su actividad en el sector energético renovable. Recientemente ha publicado un documento titulado “La hora de las Energías Renovables en la matriz eléctrica argentina” en donde se justifica la creciente necesidad de incrementar la participación de las energías renovables en el mix energético argentino.
Potencia energética
A nivel de potencia, en el año 2014 hay instalados 9.469 MW de potencia instalada de turbo vapor y turbo gas, 9.277 MW de ciclo combinado, 1.010 MW en centrales nucleares, 1.415 MW en motores diesel, y de energías renovables 11.320 MW (distribuidos en 17 MW de biogás, 11.108 MW de energía hidráulica, 8 MW de energía fotovoltaica y 187 MW de energía eólica), lo que asciende a 31.442 MW de potencia.
Es por ello por lo que las energías renovables son las principales fuentes de energía eléctrica en Argentina, y de éstas, la hidráulica, principalmente en grandes centrales.
Si se consideran los datos recogidos anteriormente, la generación eléctrica nuclear se encuentra en el entorno de los 8.000 GWh, la hidráulica alrededor de los 40.000 GWh, las unidades térmicas superan los 83.000 GWh, la energía eólica y fotovoltaica se mantienen por debajo de los 1.000 GWh, y las demás energías renovables aportan mucho menos.
Demanda eléctrica en Argentina
Argentina precisa de instalar hasta el año 2021, 7.000 MW de potencia adicionales, por lo que las energías renovables tienen una gran importancia, tal y como apunta CADER, debido a que aumentan la seguridad energética, desarrollan la industria nacional, son económicas y ahorran divisas, mejoran la calidad de vida de la población, promueven el desarrollo regional de las economías, generan empleo y mitigan el cambio climático.
Si para el año 2020 las energías renovables en Argentina alcanzaran el 10% en la generación eléctrica anual, se reduciría la emisión a la atmósfera de 12 millones de toneladas de dióxido de carbono, con lo que eso supone en cuanto a la contribución de los compromisos medioambientales en materia de cambio climático.
Energías renovables de rápida incorporación
Del conjunto de energías renovables, las que a priori podrían incorporar más rápidamente energía al sistema son la energía eólica, la biomasa y la energía solar fotovoltaica y térmica de alta temperatura.
Energía eólica:
Se estima que podrían instalarse entre 2.000 y 3.000 MW de potencia eólica, con una generación anual próxima a las 5.000 horas y factores de capacidad en el entorno del 35%.
Biomasa:
Las instalaciones tendrían que ser de menor potencia, 10 MW, y un factor de uso superior al 80% anual. La ventaja de este tipo de energía renovable, no sólo se encuentra en la disminución del uso de fuentes de energía fósiles como los derivados del petróleo, sino que debido a que las necesidades de mano de obra son altas, la creación de empleo es un hecho.
La capacidad que se podría instalar es de 2.000 MW que utilicen biogás, 3.500 MW que empleen biomasa sólida de cultivos energéticos y 2.000 MW de biomasa de tipo residual.
Energía solar:
Tanto en su versión fotovoltaica como en la térmica de concentración, podría ser empleada tanto en instalaciones de cierta potencia como algo más pequeñas, en amplias zonas del país, dado que se dan una serie de condiciones como el bajo coste del suelo, la alta radiación y buenos lugares de conexión eléctrica.
Si se tiene en cuenta las crecientes necesidades energéticas de Argentina, así como el viejo parque instalado de centrales de más de 40 años de antigüedad que genera elevados costes de producción eléctrica, hace que la alternativa de las instalaciones renovables pueda ser una realidad en un futuro a corto y medio plazo, debido a unos costes medios actuales que cubren tanto las amortizaciones e intereses de las inversiones realizadas como los costes operativos anuales.
Explicación: