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Principalmente se debe a que la producción de serotonina tiene lugar mayoritariamente en el aparato digestivo. La serotonina es un neurotransmisor que se encarga de transmitir señales entre las neuronas regulando su intensidad. Se le conoce como la hormona de la felicidad.
Nuestras emociones o pensamientos están comunicados con el intestino. El aparato digestivo se puede considerar como nuestro segundo cerebro, debido a que tiene aproximadamente 100 millones de neuronas la cuales regulan el tracto intestinal. Estas neuronas junto con los nervios controlan movimientos del intestino, la secreción de sustancias digestivas o el flujo sanguíneo de esta parte de nuestro cuerpo.
Te dejo esto como complemento:
"La neurocientífica Sonia Villapol de la Universidad de Georgetown, ha demostrado en ratones que la composición bacteriana de los roedores se ve alterada después de un daño cerebral. Este experimento sirve para analizar la conexión entre los ictus y la flora intestinal. Controlar la flora, puede ayudar al cerebro a recuperase más rápido de las lesiones y a reducir estados de ansiedad y de depresión postraumática."
"Otros estudios demuestran que el 95% de los niños que padecen TDAH o TEA, tienen problemas digestivos"
Espero que te sirva!!Saludos!!
Respuesta:
Tenemos claro que nuestro intestino no es estéril y que está lleno de microorganismos que pueden favorecer o perjudicar nuestra salud en función de su cantidad y su calidad. En conjunto forman lo que se conoce como microbiota intestinal.
La influencia de su estado se extiende más allá del sistema gastrointestinal, ya que su equilibrio está relacionado con enfermedades como la obesidad, la diabetes tipo 2, la celiaquía, la enfermedad de Crohn y la depresión. Además, la microbiota intestinal está considerada nuestro segundo cerebro pues se ha visto cómo está fuertemente correlacionada con nuestras emociones.
La relación entre los intestinos y el cerebro es tan clara que incluso existe una rama científica específica para su estudio. La neurogastroenterología es un área de investigación en el campo de la gastroenterología que se refiere a las interacciones del sistema nervioso central (SNC), es decir, el cerebro, y el intestino; esta conexión se llama "eje intestino-cerebro".
El eje intestino-cerebro es un sistema de comunicación bidireccional e incluye el SNC y el sistema nervioso entérico (ENS) –de los intestinos–, que involucra a los nervios, hormonas y otras moléculas llamadas neuropéptidos y citoquinas.
Los intestinos tienen varias vellosidades compuestas de distintas células, entre las que se encuentran los enteroendocrinas. Estas células enteroendocrinas se comunican a través de hormonas y nervios específicos que reaccionan a estímulos mecánicos, térmicos y químicos, y generan impulsos eléctricos que dan pie a esta comunicación entre el cerebro y el intestino.
Explicación: