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Respuesta:
La adolescencia es una de las fases de la vida más fascinantes y quizás más complejas, unaépoca en que la gente joven asume nuevas responsabilidades y
experimenta una nueva sensación de independencia. Los jóvenes buscan su identidad, aprenden a poner en práctica
valores aprendidos en su primera infancia y a desarrollar
habilidades que les permitirán convertirse en adultos atentos y responsables. Cuando los adolescentes reciben el apoyo y el aliento de los adultos, se desarrollan de formas inimaginables, convirtiéndose en miembros plenos de sus
familias y comunidades y dispuestos a contribuir. Llenos de energía, curiosidad y de un espíritu que no se extingue fácilmente, los jóvenes tienen en sus manos la capacidad de cambiar los
modelos de conducta sociales negativos y romper con el
ciclo de la violencia y la discriminación que se transmite de generación en generación. Con su creatividad, energía
y entusiasmo, los jóvenes pueden cambiar el mundo de forma impresionante, logrando que sea un lugar mejor, no
sólo para ellos mismos sino también para todos.
UNA EPOCA QUE IMPORTA
Este segundo decenio de la vida es una de las transiciones más complejas de la
existencia; sólo la infancia supera a esta etapa en cuanto a ritmo desenfrenado de
crecimiento y cambio. Desde el punto de vista físico, los niños pasan, de un día para
otro, de ser pequeñas criaturas a convertirse en muchachos de largas piernas y brazos.
Maduran sexualmente. También desarrollan la capacidad de razonar con ideas más
abstractas, de explorar los conceptos del bien y del mal, de desarrollar hipótesis y de
meditar sobre el futuro.
A medida que salen al mundo, los adolescentes adoptan nuevas responsabilidades,
experimentan nuevas formas de hacer las cosas y reclaman con impaciencia su independencia. Comienzan a cuestionarse a sí mismos y a los demás, y a advertir las complejidades y los
matices de la vida. También empiezan a pensar sobre conceptos como la verdad y la justicia. Los valores y
conocimientos que adquieren con los años les beneficiarán inmediatamente y a lo largo de sus vidas.
Durante la adolescencia, los jóvenes establecen su independencia emocional y psicológica, aprenden a
entender y vivir su sexualidad y a considerar su papel en la sociedad del futuro. El proceso es gradual,
emocional y, a veces, perturbador. Un joven puede sentirse desilusionado, decepcionado y herido en un
determinado momento y, poco después, eufórico, optimista y enamorado.
A la vez que luchan con cambios físicos y emocionales, los adolescentes de hoy deben también hacer
frente a fuerzas externas sobre las que carecen prácticamente de control. Los imperativos de la cultura, el
género, la mundialización y la pobreza han empujado a millones de adolescentes de forma prematura a
asumir funciones y responsabilidades propias de adultos. La guerra y los disturbios civiles, el VIH/SIDA, la
industrialización, la urbanización y el creciente desempleo han socavado gravemente la educación y el
desarrollo de millones más. A medida que desaparecen las redes sociales tradicionales, la estructura de la
familia se remodela y a veces se viene abajo, y la capacidad de los sistemas de apoyo de la familia y la
comunidad disminuye. Al ver cómo su mundo pierde seguridad, coherencia y estructuras, los adolescentes
se ven abocados con demasiada frecuencia a hacer elecciones difíciles, casi siempre sin nadie que los ayude.