• Asignatura: Religión
  • Autor: ikiu
  • hace 6 años

hambre…, tuve sed…, era forastero…, estaba desnudo…, enfermo y en la cárcel» (Mt 25,42ss), lo que supone una conversión respecto a cómo vemos al otro. El otro no es un simple objeto de lástima o limosnas, y la clave de la fraternidad no está en «darle algo», sino en el acercarme y hacerlo próximo –prójimo– a mi existencia, en dejarlo entrar en mi espacio y juntos crear algo nuevo. Podemos estar orándole a otro que no es el Dios en quien creyó Jesús. Jesús coloca al mismo nivel dos relaciones fundamentales: «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu fuerza» (Dt 6,5) y «Amarás al prójimo como a ti mismo» (Lev 19,18), pero las invierte. La práctica del amor que convierte al otro en próximo a mí –mi prójimo– es la condición para encontrar el amor de Dios (Mt 22,35-40). A Pablo le costó aprender esto. En la cárcel, relee la relación que tuvo con Onésimo. Reconoce que fue «engendrado entre cadenas» —como esclavo—, luego aprendió a «cargarlo en su propio corazón» —como hijo—, hasta que finalmente lo pudo asumir como «hermano querido» (Flm). Asumir al otro como hermano es la medida de nuestra espiritualidad y la altura de nuestra propia humanidad (Mc 12,28-34). ¿que piensan del texto y de la realidad que vives hoy?


ikiu: porfavor ayudemen

Respuestas

Respuesta dada por: jackparedes
0

Respuesta:

mira, esa es un pregunta que tu mismo lo tienes

Explicación:


ikiu: ayudame como si fueras tu
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