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es un proceso largo que comienza con la obtención de variedades de cereales, principalmente de trigo, adaptadas a las necesidades de la industria de panadería. Dentro de todo este proceso, las empresas de la Asociación Española de la Industria de Panadería, Bollería y Pastelería (ASEMAC) contribuyen al desarrollo de un ciclo sostenible como componentes de la cadena trigo-harina-pan.
La preocupación creciente por el medio ambiente ha llevado a adoptar, a todos los implicados de la industria de panificación, medidas que reduzcan su impacto en nuestro entorno.
Según Felipe Ruano, presidente de la Asociación, “para que el ciclo de fabricación del pan sea sostenible, es necesario que todos los componentes de la cadena se comprometan para que el impacto sobre el medio ambiente sea lo menor posible y siempre teniendo en cuenta que tiene que ser una actividad rentable”.
PRODUCCIÓN DE TRIGO
En el proceso de producción trigo-harina-pan, el trigo es la materia prima esencial de la fabricación de las harinas y, por tanto, su nivel de impacto sobre el medio ambiente es determinante para valorar la sostenibilidad total del ciclo.
En este primer eslabón, se encuentran los productores de trigo. En este proceso se lleva a cabo la siembra de semillas, el abonado, el riego (si procede), otras aplicaciones mecanizadas y la recolección del cereal.
Los productores de trigo han conseguido que su proceso sea sostenible a través de la mejora de la calidad medioambiental y el empleo de los recursos básicos, satisfaciendo a su vez las necesidades de los consumidores, sin dejar de ser económicamente viable y mejorando la calidad de vida del productor y de la sociedad.
Para conseguir una agricultura sostenible, los productores de trigo han alcanzado una combinación equilibrada de tecnologías y actividades, fundamentada en principios económicos y en consideraciones ecológicas, con el objetivo de abastecer a los consumidores respetando simultáneamente el medio ambiente.
TRANSFORMACIÓN DEL TRIGO EN HARINA
El segundo proceso, la transformación de trigo en harina, es muy costoso en cuanto a términos energéticos se refiere. Durante los últimos años, las empresas harineras han realizado una importante apuesta para reducir el impacto que provoca el proceso productivo en el medio ambiente.
Las harineras, como el resto de industrias de la alimentación, han realizado una importante apuesta por la sostenibilidad sustentada en tres aspectos básicos: Ambientales, económicos y sociales. En los parámetros ambientales se tiene en cuenta las materias primas que se emplean, la energía consumida, el agua y el transporte, entre otros.
En este aspecto, las harineras protegen la naturaleza adaptando sus procesos productivos a la actual legislación. Una parte de las emisiones que se liberan al medio ambiente procede de los sistemas de aspiración de las instalaciones donde se produce polvo de trigo, harina, sémola o salvado; y del transporte de los propios productos.
Sin embargo, la harina es un ingrediente biodegradable que no supone riesgos ambientales durante su ciclo de vida (manipulación, consumo o desecho).
FABRICACIÓN DEL PAN
El último componente de la cadena está representado por los fabricantes de pan. En este punto se encuentran presentes los socios de ASEMAC. Para Felipe Ruano “la industria panadera ha aunado esfuerzos para compatibilizar el desarrollo de su actividad industrial y comercial con el concepto de sostenibilidad, mediante el uso de cogeneración y la disminución de emisiones de gases contaminantes, y así contribuir a la lucha contra el cambio climático”.
Al igual que los fabricantes de harinas, los asociados de ASEMAC basan la sostenibilidad en la triple vertiente económica, social y medioambiental. En particular, sobre esta última dimensión, la optimización de recursos está suponiendo una disminución de los gases contaminantes a la naturaleza, fruto de la mejora de la eficiencia productiva.
En palabras del presidente, “la innovación genera mayor efectividad en toda la cadena de producción, consiguiendo así mejoras en los indicadores de sostenibilidad en todos los procesos, desde la compra de materias primas a la distribución del producto”.
No sólo eso, la mayoría de los socios de ASEMAC disponen de certificados de calidad como la ISO 14000 relacionados con un sistema de gestión ambiental, mediante el cual la empresa se compromete a reducir los impactos medioambientales negativos de su actividad.
Con esta calificación las empresas que se acogen a ella se comprometen a proteger la naturaleza y a prevenir la contaminación, a la vez que mantienen las necesidades socioeconómicas.
Desde ASEMAC se apunta que, en definitiva, las empresas de la Asociación de Panadería, Bollería y Pastelería contribuyen a que el ciclo trigo-harina-pan sea sostenible en todos los aspectos.
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