¿Por qué crees que el sistema de defensa de los seres humanos, llamado sistema inmunológico, es atacado por el COVID 19, hasta el punto de poder complicar la salud de las personas? Urgente.
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Las personas infectadas por el nuevo coronavirus pueden tener experiencias diferentes, dependiendo principalmente del terreno genético (genes que lo hacen resistente o susceptible a una enfermedad) y su estado de salud. Por ello, tendremos básicamente tres tipos de pacientes: 1) infectados sin síntomas; 2) infectados con síntomas leves o moderados (similares al de una gripe); 3) infectados con síntomas graves o severos. La mayoría del grupo dos y todos los del tres serán hospitalizados.
El sistema inmunitario desempeña un papel fundamental en la recuperación de enfermos con COVID-19, pero también está asociado a la severidad de la enfermedad. De hecho, la mayoría de las muertes relacionadas con el coronavirus se deben a que el sistema inmunitario se activa exageradamente causando daño a los tejidos.
Este daño sucede por una respuesta inmunitaria exacerbada, que generalmente ocurre en los inicios de una infección por un microorganismo en una distinta especie animal o en poblaciones diferentes. Esto fue, por ejemplo, lo que pasó con la introducción de la viruela por parte de los conquistadores en Tenochtitlán, México, evento que causó muchas muertes en la población azteca en los primeros años de la dominación española.
La respuesta exacerbada la han señalado algunos inmunólogos como una tormenta de citocinas que conducen a respuestas inmunitarias muy desajustadas, las cuales, además de causar daño tisular, pueden aumentar la replicación viral, induciendo afecciones muy severas, hasta la muerte.
En el COVID-19, cuando un humano se infecta por primera vez, su cuerpo lanza una defensa inmunitaria dura, llamada inmunidad innata, como lo haría con cualquier otro virus. Esto implica la liberación de citocinas, las hormonas de la defensa inmunológica, como los interferones, que afectan la capacidad del virus de replicarse dentro de las células epiteliales en el caso de los coronavirus.
Los interferones también reclutan otras células inmunitarias para atacar al virus y evitar que se propague. Idealmente, esta respuesta inmunitaria innata permite a los humanos obtener rápidamente control sobre la infección; no obstante, el virus tiene sus propias defensas para evitar o escapar del efecto de la respuesta inmunitaria.
La respuesta innata está detrás de muchos de los síntomas que experimenta el paciente infectado con COVID-19. Estos síntomas generalmente tienen dos propósitos; el primero es alertar al organismo sobre el hecho de que ha ocurrido una invasión por parte de un agente foráneo. Esto lo hace mediante la presencia de fiebre, la cual es una respuesta a la producción de interleucina-1, una de las sustancias claves en la activación inmunológica. El segundo propósito es tratar de eliminar el virus, expulsando las partículas virales a través de la tos o la diarrea. Estos síntomas diferentes se deben a que el coronavirus puede infectar de manera selectiva a la mucosa del tracto respiratorio o a la mucosa gastrointestinal.
El nuevo coronavirus accede a la célula epitelial mediante un receptor llamado ACE2 que se encuentra en la superficie del organismo. Estos receptores son más abundantes en los pulmones, por lo que COVID-19 se considera una enfermedad respiratoria. Sin embargo, la segunda densidad más alta del receptor ACE2 se encuentra en los intestinos, lo que podría explicar por qué muchas personas con el coronavirus experimentan afecciones gastrointestinales.
El objetivo de la defensa inmunitaria innata es eliminar el virus, y de no ser así, contenerlo y evitar que se replique demasiado para que el segundo embate del sistema inmunitario, la respuesta adaptativa específica al virus, tenga tiempo suficiente para activarse antes de un posible desequilibrio.
La respuesta inmunitaria adaptativa comprende la producción de anticuerpos contra el coronavirus y el desarrollo de una respuesta inflamatoria que destruya rápido y eficientemente al virus. Estos anticuerpos contra el virus también proporcionan protección al evitar segundas infecciones del coronavirus en los enfermos curados.
Sin embargo, en algunos pacientes, el virus se replicará y se propagará rápidamente antes de que el sistema inmunitario lo controle. Una razón por la que esto puede suceder es que exista una alta carga viral, es decir, una gran cantidad de partículas virales por células. La otra razón por la cual se puede perder el control inmunológico sobre el virus es que el sistema inmunológico esté debilitado, como sucede en las poblaciones vulnerables al COVID-19. Ellos son personas de edad avanzada o inmunosuprimidas debido a otras enfermedades crónicas o medicamentos. Un sistema inmunitario suprimido genera respuestas débiles o tardías, permitiendo que el virus se propague de una célula a otra relativamente sin control.
Respuesta:
Porque no se cuidan. Hay personas que sobreviven, es porque llevan una vida sana, es decir: no comen tanto chatarra, hacen ejercicio, etc.
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