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Además de las comidas principales, 82% de nuestros niños y jóvenes consumen alguna colación entre comidas, que suele ser, de acuerdo a los propios niños: fruta 35%, cereal (21%), pan o pastelillo (18%), barrita energética (9%) o embutidos (8%).
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La población infantil en México requiere de un mayor cuidado nutricional ya que por la falta de vigilancia por parte de los adultos, la niñez mexicana está padeciendo desde anemia hasta obesidad, problemas de salud que determinarán su futuro y desarrollo.
Es cada vez más común ver carritos de supermercado repletos de alimentos procesados, panecillos, galletas, jugos o bebidas azucaradas, alimentos que son adquiridos para enviarlos de lunch a nuestros niños.
A pesar de todas las previsiones que la Secretaría de salud ha tomado para la prevención de la obesidad y el sobrepeso, los niños siguen siendo alimentados con “chatarra” ¿por qué? entre otros factores es debido a la falta de tiempo para la elaboración de “alimentos sanos” según algunos padres de familia y el factor fundamental es la falta de cultura alimenticia de los adultos que los rodeamos.
Según un estudio realizado por la Doctora Teresa González de Cossío llamado El Estado Nutricional de los Niños en el Centro de México señala que hay consecuencias funcionales derivadas de la mala nutrición tales como deficiencia de los micronutrimentos, crecimiento deficiente o bien severos problemas para su rendimiento escolar y una menor capacidad de realizar trabajos físicos, así como obesidad. El estudio señala que el 27% de los niños menores de 5 años padecen anemia.
Aunado a factores como el tiempo y la facilidad para preparar los alimentos, se encuentra otro factor fundamental, el sedentarismo motivado por padres y madres de familia. Actualmente los niños pasan muchas horas frente a un monitor y muchos de ellos comen frente a uno.
La Academia Estadunidense Pediatría señala que los niños que comen mientras ven la televisión pueden no ser capaces de leer sus propias señales internas de saciedad por lo que ingieren porciones más grandes y alimentos menos saludables.
Los hábitos alimenticios de un adulto son consecuencia de aquellos que se han obtenido desde pequeños en la casa o imitando a los padres. Los niños no pueden elegir qué, cómo y cuánto comer, por lo tanto son los padres los responsables de hacer esas elecciones.
Un niño que cursa de primer a sexto de primaria debe consumir de 1300 a 2000 calorías diarias, por lo tanto debemos cuidar la ingesta de las mismas al enviarles su lunch, debemos leer las etiquetas de lo que nuestros hijos van a consumir para no exceder la ingesta calórica recomendada diariamente.
Cuidar la alimentación de nuestros pequeños, es cuidar su futuro. Si los amas ¡cuídalos!
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