Respuestas
Explicación:
La Escuela de Guerra del Ejército –Ministerio de Defensa, en colaboración con el Instituto de Estudios Internacionales y Europeos "Francisco de Vitoria", Universidad Carlos III de Madrid– dedica a los conflictos de Centroamérica el presente número de su colección “Conflictos internacionales contemporáneos”. Se detiene, en especial, en los casos más recientes y cruentos: El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Costa Rica; además del caso «anómalo» de Panamá, que llevó a la intervención estadounidense para derrocar a su antiguo aliado, el general Noriega. Se detallan las distintas operaciones para el mantenimiento de la paz, así como la labor que ha desempeñado la diplomacia preventiva en la puesta en marcha de las distintas negociaciones de paz y el papel del narcotráfico en esta parte del continente americano.
Respuesta:
El enfrentamiento de Estados Unidos y la Unión Soviética en la Guerra Fría se desarrolló en los años ochenta, con resultados mortíferos, en ciudades llenas y caseríos en América Central. Cientos de miles de personas murieron, ya fueran de guerrillas de izquierda en El Salvador y Guatemala o contras de derecha enfrentados al gobierno revolucionario sandinista en Nicaragua, y muchos otros huyeron hacia Estados Unidos.
Scott Wallace pasó buena parte de esa época en América Central, donde cubrió las guerras indirectas, cuyos efectos aún se sienten hoy en los debates sobre la migración desde esa zona, la violencia pandillera y hasta las discusiones de una posible intervención en Venezuela.
Debido a que la región centroamericana está apenas a unas horas en avión de Estados Unidos, es curioso que estas dos zonas parezcan estar tan desconectadas. Wallace, quien se interesó profundamente en América Latina en sus años universitarios, pensó que podría ayudar a actuar como un puente entre las zonas.
“Ejercimos una mano dura en América Latina, pero sin querer entender a la gente a la que estamos impactando”, dijo Wallace sobre los estadounidenses. El fotógrafo, que vivió en El Salvador, Nicaragua y Guatemala, agregó: “Hay cierta arrogancia cultural que debía atenderse”.