Respuestas
Respuesta:
Este proceso revolucionario tuvo que enfrentarse a la oposición de los antiguos privilegiados que se mostraban contrarios a cualquier tipo de reforma. Estos grupos, junto con el rey, conspiraban para conseguir una intervención de las potencias absolutistas europeas en favor de la reposición del absolutismo. En junio de 1791, la Familia Real intentó fugarse de Francia, disfrazados de campesinos, para reunirse con el ejército austriaco que iba a invadir el país. Fueron descubiertos, detenidos en Varennes y retornados a París.
Pero éste no era el único problema al que tenían que hacer frente los revolucionarios que, además, comenzaron a dividirse:
Los monárquicos liberales y la burguesía propietaria, llamados constitucionalistas, consideraban que, con las reformas de 1791, habían alcanzado todos sus objetivos.
Los más radicales, representantes de la pequeña y mediana burguesía, reclamaban una mayor democratización y reformas de tipo económico que beneficiasen a los más desfavorecidos.
En octubre de 1791, una vez elaborada la Constitución, se eligió, por sufragio censitario, a los diputados de la nueva Asamblea Legislativa encargada de elaborar las leyes para la nueva Francia. Muchos de estos diputados pertenecían a clubes o sociedades políticas:
A la derecha de la Asamblea se sentaban los moderados o constitucionalistas, que formaban el Club de los Feuillants.
A la izquierda de la Asamblea se sentaban los diputados más radicales que se dividían en:
Girondinos.
Jacobinos, liderados por Robespierre y Saint-Just.
Cordeliers.
Fuera de la Asamblea, las clases populares se sentían utilizadas y abandonadas. Además, su situación no mejoraba. Como no habían podido votar en las elecciones, no se sentían representados por el nuevo gobierno y empezaron a organizarse por su cuenta. Uno de sus líderes más populares fue Marat.
Explicación: