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1. Violencia Física y Psicológica
Comprende todo tipo de agresiones de tipo físico, así como el acoso de tipo psicológico. Serían actos violentos insertables en esta categoría una pelea entre aficionados en las gradas, el lanzamiento de objetos a los árbitros, una pelea entre padres/madres de jugadores/as o aquellas agresiones de tipo psicológico que se basan en la manipulación, así como en ir minando poco a poco la autoestima y la moral del agredido/a.
2. Acoso entre Iguales
Este es uno de los tipos de violencia en el deporte más complejos, al darse mayoritariamente entre los propios deportistas. En la última década nos hemos referido a esta forma de acoso utilizando el anglicismo «bullying«. Según informes del Defensor del Pueblo y UNICEF basados en el acoso entre iguales en entornos de educación secundaria, este tipo de violencia tiene cuatro manifestaciones principales.
La exclusión social, que puede ser activa (no dejar participar) o pasiva (ignorar al compañero). La agresión verbal, que también cuenta con forma directa (el insulto, el poner un mote ofensivo) y forma pasiva (hablar mal de un compañero, difundir falsos rumores sobre él o ella). La agresión física, que puede ser directa (golpeando a la víctima) o indirecta (esconderle, romperle o robarle sus pertenencias). Por último, el maltrato mixto, un conjunto amplio de conductas donde se encuentran las amenazas, el chantaje, e incluso el acoso sexual, que puede ser tanto de tipo físico como verbal.
3. Abusos Sexuales
Las estadísticas revelan que uno de cada cinco menores sufre abusos sexuales. Los expertos alertan de la dificultad de denunciarlos, ya que socialmente implica un cierto tabú para muchas personas al ser muy complicado dar el paso de interponer la denuncia. El deporte es tristemente uno de los ámbitos favoritos para los abusadores sexuales, junto a la familia y la escuela, en tanto que son lugares donde hay una cierta jerarquía de poder.
Esta relación jerárquica propicia ámbitos relacionales donde las víctimas están sometidas a sus abusadores, quienes les mantienen en silencio bajo otro tipo de amenazas. Nacho Guadix, Responsable de Educación en Derechos de la Infancia de UNICEF, afirma que «miedo, vergüenza o culpabilidad paralizan a los niños y niñas que sufren abusos sexuales». Los más pequeños/as se ven atrapados entre la presión de los compañeros, los tabúes sobre la sexualidad, la admiración hacia el entrenador/profesor o la pasión por el deporte que practican. “Por eso nuestra demanda principal es poder conocer en mayor profundidad el alcance de la situación, sabemos que estamos ante la punta de un iceberg que desconocemos”.
4. Machismo
El #MeToo ha revelado recientemente el alcance enorme del machismo en nuestra sociedad. En el campo deportivo, muchas disciplinas han excluido sistemáticamente a las mujeres de su práctica. Los puestos de toma de decisiones de muchos comités, federaciones y clubes, incluso a día de hoy, están copados mayoritariamente por hombres, lo que dificulta la creación de una cultura de igualdad en el deporte. Las agresiones y violencia machistas son ampliamente conocidas, pero muchas veces no trascienden tanto las de tipo deportivo.
Desde la discriminación de la mujer impidiéndosele practicar ciertas disciplinas deportivas (bien de forma activa, bien desincentivándolo hasta hacer que no haya prácticamente demanda), hasta las múltiples agresiones verbales y físicas. Quizás la violencia machista en el ámbito del deporte es más visible en las acostumbradas agresiones contra las árbitras, un colectivo profesional que a la tradicional violencia verbal y física a la que se ha visto sometido, suma las particularidades del acoso machista por el mero hecho de ser mujer.
5. Racismo y Xenofobia
En una sociedad cada vez más diversa, plural, multicultural e interracial, existen personas incapaces de valorar lo que pueden aportar personas de otras etnias y orígenes. Ello da pie a las agresiones motivadas por el racismo y la xenofobia, generalmente motivadas por razones de origen (contra personas de Etnia Gitana, por ejemplo) o de raza (contra personas de raza negra). Aunque los ejemplos más escandalosos implican las agresiones físicas y verbales, muchas veces es más importante el elemento de la exclusión social que veíamos en las agresiones entre iguales, y que reside en apartar, no dejar participar e ignorar a los compañeros/as por razones raciales.
6. LGTBI-fobia
El último de los tipos de violencia en el deporte es la discriminación hacia personas por razones de orientación sexual e identidad de género. Las agresiones a personas homosexuales se basan tanto en las ya vistas en la violencia física y psicológica, como muchas veces en el acoso entre iguales. Además, en el caso de las mujeres lesbianas y en el de las personas transexuales se suman prejuicios y agresiones de tipo machista.