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La obra empieza con la muerte del marido de Bernarda. Después de la misa por el difunto, todo el pueblo se dirige a casa de la viuda, donde las mujeres entran en la sala que previamente han preparado y limpiado las criadas. Mientras los hombres se quedan charlando en el patio.
Ya en la casa, Bernarda hace murmurar a todas las vecinas con sus comentarios sobre si sus hijas merecen a los hombres de ese pueblo, luego todas empiezan a rezar.
Cuando todo el mundo se va, las hijas de Bernarda empiezan a hablar de la herencia que les ha dejado su padre. La que se lleva la mejor parte es la hija primogénita, Angustias. Las demás hermanas comentan la suerte de Angustias, ya que además de la herencia, el chico más guapo y apuesto del pueblo, quiere casarse con ella.
Luego Adela se pone a llorar por el luto que les ha impuesto su madre, ya que no podrán salir ni hablar con hombres en muchos años, a excepción claro está, de Angustias.
Más tarde, una de las hermanas anuncia que Pepe el Romano (el pretendiente de Angustias) para por la calle y van todas a verlo menos Adela, que primero se resiste y luego al final va.
Antes de asomarse a la ventana para ver a Pepe, Adela le abre la puerta a su abuela (Mª Josefa) a pesar de que su madre lo ha prohibido, pero ella lo hace para vengarse por el luto tan largo que les ha impuesto.
Mª Josefa se dirige a Bernarda, que en ese momento está en compañía de la criada Poncia, y le dice que a pesar de su edad ella también se quiere casar, y así poderse marchar de ese pueblo. Bernarda ordena a La Poncia y a sus hijas que la vuelvan a encerrar.
ACTO 2º
El acto empieza con la imagen de La Poncia y de las hijas de Bernarda (a excepción de Adela) cosiendo las sábanas para el ajuar de Angustias.
Empiezan a hablar de lo extraña que está Adela y de por qué no está allí con ellas. Siguen hablando y sacan el tema de Pepe el Romano, que según Angustias se marchó la noche anterior a la una y media (pero Martirio y La Poncia saben que se marchó mucho más tarde). Continuan hablando sobre la petición de mano que Pepe ha hecho a Angustias y La Poncia acaba contando cosas de su juventud.
Más tarde Adela sale de su habitación y Martirio le pregunta con ironía a qué se debe su falta de sueño, y lo hace porque tanto ella como La Poncia saben que Adela y Pepe se encuentran por las noches cuando el chico deja a Angustias.
Después Angustias descubre que alguien le ha robado la única fotografía que tiene de Pepe y se pone a gritar, se arma un alboroto al que Bernarda acude a calmar y manda a La Poncia que registre las habitaciones de sus hijas. Al final La Poncia encuentra la foto entre las sábanas de la cama de Martirio, y ésta dice que ha sido una broma, pero en realidad está disimulando.
Mientras La Poncia mantiene una conversación con Adela, donde descubre que la joven está enamorada de Pepe el Romano, en la calle se escuchan ruidos. Estos ruidos se deben al alboroto que arman unos hombres del pueblo que se llevan a una mujer a la montaña para abusar de ella como castigo por haber matado a un hijo ilegítimo que había engendrado. Adela se entera y pide clemencia por la mujer.
ACTO 3º
El acto empieza con la imagen de todas las hijas de Bernarda sentadas en la mesa comiendo. Prudencia, una señora del pueblo que ha venido de visita, le pregunta a Angustias cómo van los preparativos de su boda y ésta se los explica.
Prudencia se marcha y Adela sale al portal en compañía de Amelia y Martirio, mientras, Magadalena se ha quedado dormida en una silla y Angustias recoge la mesa. Bernarda que está presente en la escena, le pide a Angustias que hable con Martirio del tema del retrato.
Luego Bernarda le pregunta a Angustias si esa noche verá a su pretendiente y ella le contesta que no porque ha acompañado a su madre a la capital. Vuelven a entrar las otras tres hermanas y Bernarda las manda a todas a dormir.
Todas las mujeres de la familia se acuestan y La Poncia y la Criada se quedan hablando del tema del pretendiente. Y ya cuando las criadas se iban a retirar, aparece Adela con la excusa de que tiene sed. Cuando las criadas se marchan, Adela sale sin hacer ruido hacia la puerta del corral. Detrás se levanta Martirio, que la descubre y comienzan a discutir. Todo el mundo se despierta y Martirio le dice a Bernarda que Adela estaba con Pepe el Romano en el pajar. Por todo esto Angustias se siente desolada y Bernarda, después de reñir a Adela, coge una escopeta para disparar contra Pepe. Adela pensando que lo ha matado, sale corriendo hacia su habitación y se encierra en ella. Al fin Bernarda consigue abrir la puerta con un martillo y La Poncia encuentra a la hija menor muerta, Adela se ha suicidado.