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Respuesta:
La conservación de las especies requiere de la preservación de los procesos que mantienen la variabilidad genética de sus poblaciones. La intervención del hombre tanto sobre los hábitats como sobre las propias poblaciones animales puede afectar a la variabilidad genética al alterar elementos y procesos genéticos como el tamaño efectivo poblacional (responsable de la acción de la deriva genética) o el flujo génico entre poblaciones. En especies manejadas y sujetas a aprovechamiento económico, como es el caso del ciervo ibérico (Cervus elaphus hispanicus), el conocimiento de la actuación de estos procesos genéticos y de las influencias humanas que inciden sobre ellos, es fundamental para el mantenimiento de la actividad cinegética como motor de desarrollo sostenible compatible con la conservación de las poblaciones como entidades evolutivas. A su vez, la amplia distribución y abundancia de poblaciones de ciervo interconectadas en grandes áreas de monte mediterráneo del suroeste de España, supone una oportunidad única para el estudio de los procesos biológicos que mantienen la variabilidad genética en poblaciones naturales.
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