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Seguro que has oído hablar de la famosa Pangea. Es el nombre de la superficie de tierra emergida que había en nuestro planeta hace millones de años; una especie de continente único y gigantesco en el que estarían juntos todos los continentes actuales. Este gran continente empezó a separarse hace unos 200 millones de años, por el movimiento de las placas tectónicas, sin embargo este proceso todavía está lleno de incógnitas que los científicos intentan dilucidar. Precisamente un equipo internacional de científicos ha aportado algo de luz al proceso de ruptura continental.
"Las placas tienden a cambiar lentamente debido a que están asentadas sobre un manto muy viscoso" explica Dietmar Müller, co-autor del estudio publicado en Nature y especialista de la Universidad de Sydney. "Sin embargo, a lo largo de la historia de la Tierra, ha habido muchos casos en los que las placas han acelerado su ruptura de manera muy rápida”. Es decir, las placas pasaban de moverse muy lentamente a estirarse y separarse mucho más rápidamente, lo que ha intrigado durante décadas a los científicos, al no encajar con el conocimiento de los movimientos de las placas que se tenían hasta el momento.
Separación en dos fases
Ahora, gracias al análisis de miles de datos sísmicos y simulaciones por ordenador, el grupo de investigación Australia’s EarthByte ha descubierto que el proceso de separación está dividido en dos fases: primero, los continentes se mueven y luego, gradualmente, tras muchos millones de años de tensos e incesantes tirones en la corteza terrestre, se tambalean y comienzan a separarse rápidamente formando un océano entre ellos, explican desde SINC.
Para entenderlo de manera sencilla Müller utiliza una simple analogía: “es como si separáramos masa de harina. Al principio requiere esfuerzo porque resiste y se estira lentamente. Pero llega un momento en el que es lo suficientemente fina para separarse de forma fácil y rápida. El mismo principio se aplica a los continentes”, apunta.
Según los expertos, este proceso conduce a la segmentación de los márgenes, donde un hundimiento rápido, un flujo de calor de alto y una mayor actividad volcánica caracterizan el margen exterior. El resultado es una ruptura completa de los márgenes que envía los bordes exteriores de los continentes bajo el mar.