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Respuesta:
Ahora los migrantes llegan en medio de la noche o a plena luz del día. Cientos de hombres y mujeres llenos de tierra, acompañados de adolescentes y niños. Saltan las pequeñas cercas en zonas remotas de Texas, y se reúnen en el pavimento caliente en el principal paso fronterizo de California. Cansados y temerosos, rezan para encontrar algo que los ayude a quedarse en Estados Unidos, por lo menos durante un rato: un agente de la Patrulla Fronteriza.
Ya se acabaron los días en los que jóvenes fuertes esperaban en los diques del río Tijuana para tener la oportunidad de atravesar el agua, evadir su captura y encontrar un empleo de verano. Actualmente, miles de personas simplemente van hasta la frontera y se entregan todos los días. La mayoría son centroamericanos que buscan escapar de la violencia de las pandillas, el abuso sexual, las amenazas de muerte y la pobreza constante. Los contrabandistas les han dicho que los liberarán rápidamente, siempre y cuando estén con un niño, y que los dejarán quedarse en Estados Unidos durante años mientras procesan sus casos de solicitud de asilo.
La naturaleza de la inmigración a Estados Unidos cambió después de 2014, cuando las familias comenzaron a llegar por primera vez en grandes cantidades. La crisis resultante ha abrumado a un sistema incapaz de detener, cuidar y decidir rápidamente el destino de decenas de miles de personas que afirman haber escapado de sus países de origen para salvar sus vidas. Durante años, ambos partidos políticos han intentado —y no han logrado— reformar las leyes de inmigración del país, conscientes de que algún día el gobierno llegaría a un punto de quiebre.
Ese momento ha llegado. El país es incapaz de proporcionar el alivio humanitario que necesitan los migrantes desesperados o incluso los controles básicos respecto del número y el tipo de personas que entran a Estados Unidos.
Explicación:
Las cortes de inmigración ahora tienen más de 800.000 casos pendientes; se necesitan en promedio 700 días para procesar cada uno de ellos. Y, debido a que las leyes y las resoluciones que protegen a los niños prohíben detener a los jóvenes durante más de veinte días, las familias a menudo son liberadas.
Al ritmo actual de casi cien mil migrantes al mes, los funcionarios dicen que más de un millón habrá intentado cruzar la frontera en un periodo de doce meses. Algunos de los que llegan actualmente podrán plantear un argumento judicial sólido para quedarse bajo los tratados internacionales de refugiados y las leyes federales de asilo, pero la mayoría no tendrá una audiencia formal de asilo sino hasta 2021.
El flujo de familias migrantes ha alcanzado niveles históricos, y los totales de febrero son un 560 por ciento más altos que los del mismo periodo en el año pasado. Se espera que hasta 27.000 niños crucen la frontera y entren al sistema de control de inmigración tan solo en abril. En días recientes, los funcionarios han tratado de describir la situación usando términos como “emergencia operativa”, “insostenible” o “colapso de todo el sistema”.
Respuesta:
Se puede ver que la entrevistada cree que la situación de los inmigrantes es difícil, pues hacen los trabajos pesados que los estadounidenses no quieren hacer, tienen mala paga y para rematar tienen que andar ocultándose de la policía.