2 cualidades de Toribio y el muerto de calendarazo de la leyenda EL MUERTO DEL CALENDARAZO alguien que me la responda ahoraaa
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Durante 100 años, la leyenda del ‘Muerto del candelarazo’ fue muy famosa en Quito. Edgar Freire, en su libro "Leyendas y tradiciones", asegura que en los velorios, los deudos sólo se quedaban en las iglesias hasta la media noche. A partir de esa hora, el templo cerraba sus puertas y al siguiente día se celebraba la misa de despedida del difunto.
La historia cuenta que en Quito habían dos sacristanes, Pedro Illescas y Toribio Fonseca.
Ambos vivían en San Blas y estuvieron un día en el templo de San Agustín, en el velorio de un destacado militar.
Cuando el reloj marcó las 24h00, todos se fueron a sus casas, no así los dos sacristanes, quienes se quedaron en vigilia.
Pedro Illescas pidió a su amigo que vaya a una fonda a comprar unas golosinas. Pedro se quedó solo en el templo y decidió jugarle una broma a su amigo. Abrió el ataúd, sacó al muerto, le quitó su ropa y le puso la suya y lo sentó en una banca, mientras que él se acostó en el féretro.
Cuando el otro sacristán llegó, por poco se muere del susto, pues el muerto, aparte de que se levantó, comenzó a increparle. Dice la leyenda que el verdadero muerto también se levantó, tomó un candelabro y comenzó a seguir a los dos sacristanes por toda la iglesia.
El muerto lanzó el candelabro, pero no les llegó, sin embargo, la huella del golpe quedó grabada en la puerta. Los dos sacristanes comenzaron a correr por las calles de Quito y a pedir auxilio