SER LEAL O SER FIEL Por: Efraín Alzate Salazar “Todas las virtudes comunes son formas especiales de la lealtad”. O sea, como en la naturaleza, la lealtad identifica la existencia consigo misma. La lealtad no es esa común fidelidad que enlaza amistades y amores con promesas a sí mismo, para transformar simpatías naturales en sentimientos fuertes, sin tener en cuenta edades, pasiones, rivalidades, intereses y azares. El árbol de la lealtad florece sin apenas darnos cuenta cuando la sensibilidad instintiva, pasando por el filtro de la madurez moral, se une a la inteligencia del sentido de la vida. Lo dramático en ella es su conjugación con el espíritu de justicia. Un drama inexistente, por principio, en las apetitosas vivencias del compañerismo. Los compañeros no se elijen. Se encuentran en colegios, deportes, guerras, prisiones, viajes, mafias y partidos políticos. Exaltada por todos los tipos de clandestinidad, desde la simplemente pandillera hasta la propiamente política, la virtud del compañerismo no está situada en la lealtad ni en la fidelidad., sino exclusivamente en la solidaridad de grupo. Y la solidaridad grupal es incompatible con la lealtad” Josiah Royce, filosofía de la lealtad. La diferencia entre lealtad y fidelidad es la capacidad de cuestionar. La persona leal no te traicionará, podrás contar con ella en momentos de necesidad, pero te dirá su opinión cuando no esté de acuerdo contigo, conserva la capacidad de crítica. Y te advierte cuando vas peligrosamente caminado hacia el abismo; el leal tiene la fortaleza para decirte de frente las razones por las que no te acompaña en decisiones que las percibe equivocas; te argumenta y contradice para que descubras el error. La lealtad es un ejercicio desde la razón no desde los sentimientos. El leal no siente lástima ante tus equivocaciones, sino que se indigna porque las advirtió. El leal no te contempla, no te dice: ¡sigue tranquilo que todo está bien! Te dice: ante los errores que cometiste prepárate, defiéndete y actúa, reacciona, pero ya ¡. La lealtad no se puede fingir, porque está ahí firme, racional y de frente. La persona fiel no cuestiona, no critica, no opina. El fiel es seguidista por intereses personales, guarda sospechoso silencio ante cosas que ve en erróneas en sus amigos, en sus jefes o con sus compañeros de trabajo, porque es ambicioso y actúa por propia conveniencia. “El perro es fiel a su amo, y sabe que su amo tiene siempre látigo y pan”. El fiel se sienta con lágrimas fingidas a preparar tu despedida, y te dice: ¡sigue adelante que Dios te ayudará! La fidelidad corresponde al mundo de las emociones, al mundo de lo superficial, de lo fingido. Incluso la fidelidad se puede fingir, se puede disimular con gestos, con lloriqueos. Somos lo que decimos. En muchas ocasiones utilizamos palabras que parecen sinónimas pero que tienen matices en su significado que las hacen muy diferentes, la mayoría de estas confusiones altera nuestra conducta de una manera inapropiada, y sólo cuando nos damos cuenta del matiz, o alguien nos lo hace ver, adquirimos un nuevo punto de vista que nos da la tranquilidad de abordar el conflicto con renovada seguridad. Diferenciar la lealtad de la fidelidad en el campo de las relaciones humanas en nuestras instituciones daría buenos resultados, porque de esta manera las lambonerías no serían el primer argumento en las hojas de vida, sino la capacidad de argumentación y la formación intelectual. En mí círculo de amigos prefiero a los leales, a los que me confrontan, a los que me advierten cuando voy por rutas equivocadas, a los que se distancian de mis decisiones cuando no las comparten y lo expresan de frente. A los fieles los dejo para que intenten con sus emociones alcanzar “la vida eterna”. "La diferencia entre lealtad y fidelidad es la capaz de cuestionar. La persona leal no te traicionará, La lealtad tiene que ver con una cuestión de honor, de uno mismo. Yo puedo ser leal a mi jefe, a mis padres, a mi familia, a un círculo de personas con las que trabajo y hay códigos. La fidelidad tiene algo más que ver con los afectos, el amor, la entrega. sacar resumen
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O sea, como en la naturaleza, la lealtad identifica la existencia consigo misma. La lealtad no es esa común fidelidad que enlaza amistades y amores con promesas a sí mismo, para transformar simpatías naturales en sentimientos fuertes, sin tener en cuenta edades, pasiones, rivalidades, intereses y azares. El árbol de la lealtad florece sin apenas darnos cuenta cuando la sensibilidad instintiva, pasando por el filtro de la madurez moral, se une a la inteligencia del sentido de la vida. Exaltada por todos los tipos de clandestinidad, desde la simplemente pandillera hasta la propiamente política, la virtud del compañerismo no está situada en la lealtad ni en la fidelidad.
Y la solidaridad grupal es incompatible con la lealtad« Josiah Royce, filosofía de la lealtad. La diferencia entre lealtad y fidelidad es la capacidad de cuestionar. La persona leal no te traicionará, podrás contar con ella en momentos de necesidad, pero te dirá su opinión cuando no esté de acuerdo contigo, conserva la capacidad de crítica. La lealtad es un ejercicio desde la razón no desde los sentimientos.
El leal no siente lástima ante tus equivocaciones, sino que se indigna porque las advirtió. La lealtad no se puede fingir, porque está ahí firme, racional y de frente. La persona fiel no cuestiona, no critica, no opina. El fiel es seguidista por intereses personales, guarda sospechoso silencio ante cosas que ve en erróneas en sus amigos, en sus jefes o con sus compañeros de trabajo, porque es ambicioso y actúa por propia conveniencia.
»El perro es fiel a su amo, y sabe que su amo tiene siempre látigo y pan«. Incluso la fidelidad se puede fingir, se puede disimular con gestos, con lloriqueos. Diferenciar la lealtad de la fidelidad en el campo de las relaciones humanas en nuestras instituciones daría buenos resultados, porque de esta manera las lambonerías no serían el primer argumento en las hojas de vida, sino la capacidad de argumentación y la formación intelectual. »La diferencia entre lealtad y fidelidad es la capaz de cuestionar.
La persona leal no te traicionará, La lealtad tiene que ver con una cuestión de honor, de uno mismo. Yo puedo ser leal a mi jefe, a mis padres, a mi familia, a un círculo de personas con las que trabajo y hay códigos. La fidelidad tiene algo más que ver con los afectos, el amor, la entrega.