Así como las familias de André, Rafael y Laura tienen sus propias manifestaciones culturales que las identifican, tu familia también las tiene. Para averiguar cuáles son, completa en tu cuaderno el siguiente esquema. Puedes solicitar el apoyo de un familiar: Nuestras manifestaciones culturales
Respuestas
Respuesta:
Desde un punto de vista antropológico, la educación es el proceso por el que el
hombre se libera de las cadenas de lo atávico sumergiéndose en la cultura. Nacemos
atados a la biología, a la herencia genética, y es el acceso a la comunidad a través
de la cultura lo que nos hace seres libres, capaces de tomar decisiones, y, por tanto,
seres morales. La finalidad que la educación asume no es otra que el lograr que el
individuo que se educa sea capaz de integrarse en una sociedad que ha plasmado en
unas normas explícitas las reglas que establecen los límites, dentro de los cuales se
deben desarrollar las interacciones entre los sujetos. La socialización que promueve la
educación no consiste en que el individuo se hace un uno indistinguible con el grupo
social, sino que se hace un sujeto capaz de interactuar con los demás en paz y libertad.
Solo de ese modo es viable la sociedad abierta. Por eso, desde este punto de vista, la
educación, antes que un proceso de socialización, es, en primer lugar, un proceso de
individualización y de hominización, porque el hombre es un ser dialógico, y solo los
individuos diferenciados, educados, pueden participar del diálogo. Desde un punto de
vista metaindividual, la pervivencia de la sociedad abierta solo es posible si cada generación es capaz de transmitir a la siguiente la adhesión al conjunto de instituciones,
convenciones y reglas abstractas que la definen. Y desde la doble perspectiva individual y comunitaria es necesario lograr la adhesión voluntaria a esas reglas básicas y a
los valores comunes sobre los que esas reglas se apoyan. El fin de la educación en una
sociedad abierta es la libertad. Es ese proceso por el que se produce la apropiación de
las reglas que nos permiten convivir, perseguir nuestros ideales o nuestras aspiraciones
sin menoscabar el derecho de los otros a buscar sus propios fines y por el que aprendemos a respetar esas reglas sin necesidad de que una autoridad externa nos obligue a ello.
Explicación: