Respuestas
Respuesta:La religión del Antiguo Egipto era un complejo sistema de creencias que formaban parte integral de la sociedad egipcia antigua. Se centraba en la interacción de los egipcios con varias deidades quienes se creían el control de las fuerzas y elementos de la naturaleza. Las prácticas de la religión egipcia eran esfuerzos para proveer a los dioses y ganar su favor. La práctica formal religiosa se centró en el faraón, rey de Egipto, quien se creía que poseía un poder divino por virtud de su posición. Este era considerado como un dios y estaba obligado a sostener a los dioses a través de rituales y ofrendas para que mantuvieran el orden universal. El Estado dedicaba una gran cantidad de recursos para los rituales y la construcción de templos.
Los individuos podían interactuar con los dioses para sus propios propósitos, apelando por su ayuda a través del rezo o hacerlos actuar a través de la magia negra . Estas prácticas eran distintas, pero cercanamente relacionadas con, los rituales e instituciones formales. La tradición popular religiosa creció de manera prominente en el curso de la historia egipcia mientras el estatus del faraón declinaba. Otro aspecto importante era la creencia en el más allá y las prácticas funerarias. Los egipcios realizaron grandes esfuerzos para asegurar la supervivencia del alma después de la muerte, proveyendo tumbas, ajuares, y ofrendas para preservar los cuerpos y espíritus de los fallecidos.
La religión tuvo sus raíces en la prehistoria egipcia y duró más de 3000 años.
porque=Teología
Las creencias y rituales ahora etiquetadas como «religión del Antiguo Egipto», fueron integrales con cada aspecto de la cultura egipcia. Su lenguaje no poseyó ningún término correspondiente al concepto moderno europeo de religión. La religión del Antiguo Egipto no era una institución monolítica, consistía en un vasto y variado conjunto de creencias y prácticas, enlazadas por su enfoque común en la interacción entre el mundo de los humanos y el mundo de lo divino. Las características de los dioses que poblaban el reino divino estaban inexplicablemente relacionadas con el entendimiento egipcio de las propiedades del mundo en el que vivían.1
Deidades
Artículo principal: Dioses egipcios
Los dioses Osiris, Anubis, y Horus, en orden de izquierda a derecha.
Los egipcios creían que los fenómenos de la naturaleza eran fuerzas divinas en sí mismas.2 Estas fuerzas deificadas incluían los elementos, características animales, o fuerzas abstractas. También creían en un panteón de dioses, quienes estaban involucrados en todos los aspectos de la naturaleza y la sociedad humana. Las prácticas religiosas eran esfuerzos para mantener y aplacar estos fenómenos y hacerlos ventajosos para los humanos.3 Este sistema politeísta era muy complejo, pues se creía que algunas deidades existían en diferentes manifestaciones, y algunas tenían múltiples roles mitológicos. A la inversa, muchas fuerzas naturales, como el sol, estaban asociadas con múltiples deidades. La diversidad del panteón iba desde dioses con roles vitales en el universo hasta deidades menores o con funciones muy limitadas o locales.4 Podía incluir dioses adoptados de culturas foráneas, y a veces humanos: se consideraba a los faraones fallecidos como divinos, y ocasionalmente, distinguidos plebeyos como Imhotep también fueron deificados.5
Las representaciones de los dioses en el arte no tenían la intención de ser representaciones literales de su apariencia, en el caso que de que fueran reales, pues se creía que la verdadera naturaleza de los dioses era misteriosa. En lugar de ello, estas representaciones dieron formas reconocibles a deidades abstractas al usar imágenes simbólicas para indicar el rol de cada dios en la naturaleza.6 Así, por ejemplo, el dios funerario Anubis era representado como un chacal, una criatura cuyos hábitos carroñeros amenazaban la preservación del cuerpo, en un esfuerzo para contrarrestar esta amenaza y emplearla para su protección. Su piel negra era símbolo del color de la carne momificada y el fértil suelo negro que los egipcios veían como símbolo de resurrección. Esta iconografía no estaba fija, y muchos de los dioses podían ser representados en más de una forma.7
Muchos dioses eran asociados con regiones particulares de Egipto donde sus cultos eran los más importantes. Sin embargo, estas asociaciones cambiaron con el tiempo, por lo que el que un dios se asocie a un lugar no significa que su culto se haya originado ahí. Por lo tanto, el dios Monthu era el patrón de la ciudad de Tebas. A lo largo del periodo del Imperio Medio, sin embargo, fue desplazado en ese rol por Amón, quien tal vez surgió en otro lado. La popularidad nacional e importancia de dioses individuales fluctuó en una manera similar.8