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la respuesta es:En Juan Ramón, vida y poesía son una y la misma cosa; la poesía no sólo es su vocación y su oficio, sino que en verdad le constituye. Juan Ramón es el poeta, y la poesía condiciona de tal suerte su existencia que siempre ha tendido a identificarse con ella, a revelar en ella un alma cuyo destino consiste precisamente en crearse a través de la palabra donde va transfigurándose la expresión de sentimientos y emociones y convirtiéndose en nueva y deslumbrante realidad: la obra de arte. Para él, vivir y poetizar ha sido lo mismo; cada accidente y cada incidente le depara motivos bastantes de exaltación, motivos que le incitan, le presionan y, por un fenómeno de espontánea alquimia creadora, emanan poesía.
Se le ha reprochado la tendencia a convertir su vida en poesía, entendiéndola coma evasión y desasimiento de la realidad. Este reproche sólo es válido ante quienes confunden lo sustancial con lo pasajero y cambiante; desde el comienzo hasta los poemas últimos, la actitud de Juan Ramón frente a la realidad fue de constante participación y maravilla. Cierto que no mostró interés particular, en cuanto poeta -en su obra-, por los espectaculares sucesos de la época; cierto su apartamiento de la política militante y de las filosofías de moda, pero nada de eso es la realidad permanente e indestructible, única que le interesa: amor y sufrimiento, alegría y tristeza, pájaro y mar, crispación y belleza están presentes en su obra. Decantación y no negación de la realidad es la poesía —76→ juanramoniana, y también penetración hasta el tuétano en la corriente vital, para alcanzar, como alcanza en algunos poemas extraordinarios, y poder expresarlo en palabras, el sentido de su misterio.
espero te sirva y le des como la mejor