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Encuentros con los Perón, visitas de Stroessner y Trujillo y una sorprendente relación con el Gobierno de Allende. A los 40 años de su muerte, DW repasa la relación del dictador Francisco Franco con Latinoamérica.
Un país aislado internacionalmente tras la Segunda Guerra Mundial y un objetivo principal: recuperar la influencia española en Latinoamérica apelando a una lengua, una religión y una tradición común. ¿Medios para conseguirlo? Visitas propagandísticas de mandatarios latinoamericanos a España, mucha actividad diplomática, acciones comerciales y económicas, y la fundación del Instituto de Cultura Hispanoamericana para contrarrestar la influencia de los exiliados españoles en el nuevo continente.
Los lazos del franquismo se estrecharon “especialmente con los países que tuvieron regímenes dictatoriales o militaristas, como la Argentina de Perón, el Paraguay de Stroessner, la Nicaragua de la familia Somoza y la República Dominicana de Trujillo”, explica a Deutsche Welle la historiadora Matilde Eiroa, profesora de la Universidad Carlos III de Madrid y experta en las relaciones internacionales del franquismo. “Con ellos formó una gran cadena de gobiernos dictatoriales que, argumentando su anticomunismo, pusieron en marcha mecanismos represores profundos para acabar con la oposición”, prosigue Eiroa.
Sin reparar en gastos
Eva Perón fue recibida en 1947 en el aeropuerto de Madrid por el propio Francisco Franco. Su visita cobró casi un cariz cinematográfico por la multitudinaria acogida y los agasajos dispensados. El dictador Franco, agradecido por la ayuda argentina en un momento de profunda crisis económica y aislamiento internacional, se desvivió en atenciones hacia Evita y ensayó el protocolo de actuación con posteriores visitas de mandatarios latinoamericanos.
El completo programa incluía corridas de toros, espectáculos de flamenco, restaurantes, museos, monumentos, ciudades turísticas, cacerías y ceremonias con aparato militar, en las que se imponían condecoraciones y se pronunciaban grandilocuentes discursos. Estas actividades, convenientemente transmitidas por los noticieros de la época, eran la propaganda ideal para la dictadura de Franco.
En 1954, tuvo lugar la visita del dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo. De nuevo “la estancia y el recibimiento fueron apoteósicos y la visita tuvo gran eco en los medios de comunicación”, señala Matilde Eiroa. El encuentro se produjo en el marco de la legalización del partido comunista en Guatemala, y supuso una señal del franquismo hacia EE.UU. “como dócil intermediario”. Otros tintes sombríos adquirió la visita del dictador paraguayo Alfredo Stroessner a Francisco Franco en el año 1973, cuando el régimen agoniza y España prospera. En este caso, “un dictador siniestro comparece ante uno de los viejos maestros de la represión y el control social, en un tiempo en el que las formas políticas antidemocráticas resultaban anacrónicas”, explica Eiroa. esta es la razon por la que chile argentina y peru son considerados gobiernos franquistas.
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