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Respuesta:
El objetivo de un espermatozoide es fertilizar un óvulo. Para hacerlo, el espermatozoide debe pasar por un largo y desafiante camino. Esta es una de las razones por las que el número total de espermatozoides móviles es muy importante, y un parámetro clave para el potencial de un hombre para alcanzar un embarazo con su pareja.
El viaje comienza con millones de espermatozoides que son liberados en el tracto reproductivo femenino durante el coito. Los espermatozoides adquieren su plena capacidad de nadar cuando son eyaculados en el tracto reproductivo [1],[2].
Tras la eyaculación, los espermatozoides quedan rodeados por un fluido denominado plasma seminal o semen, compuesto de una mezcla de fluidos procedentes de los testículos, las vesículas seminales, la próstata y las glándulas bulbouretrales. El fluido contiene elementos que protegen los espermatozoides durante el camino hacia el óvulo. El semen se hace más espeso y contribuye a que los espermatozoides permanezcan dentro de la mujer, lo más cerca posible del cuello del útero, que es la «puerta de entrada» al óvulo. El líquido se extiende desde el cuello del útero, lo que permite a los espermatozoides del semen avanzar hasta él. Únicamente los espermatozoides más fuertes lo conseguirán. Una vez allí, los espermatozoides progresan a través del útero hasta las trompas de Falopio,
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