5. Debo iniciar con movilidad articular. “movilicemos las articulaciones de acuerdo con como las utilizamos, explica para que sirven cada una de nuestras articulaciones. Tobillo Rodilla Articulación de cadera a pierna Cadera Tronco Hombro Codos Articulación del cuello
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Cuando realizamos un ejercicio físico el acondicionamiento de nuestro cuerpo debe ser lo más completo posible, para así evitar lesiones inesperadas y alcanzar un nivel óptimo de rendimiento. Lamentablemente, existe una práctica que pasa inadvertida en la mayoría de rutinas de entrenamiento: la movilidad articular.
Como su propio nombre indica, estamos ante la capacidad de movimiento de las articulaciones, en el sentido más amplio y dinámico de la palabra. Para que este ejercicio tenga los resultados esperados es necesario encontrar el equilibrio entre todos los músculos que rodean la articulación, de ahí su precisión. El mejor momento para estimular la movilidad articular es en la fase de calentamiento, es decir, al inicio de la sesión de ejercicios. Haciendo especial hincapié en las zonas más propensas a sufrir lesiones como la cadera, el cuello, las rodillas, los tobillos o el tronco.
El músculo se debe fortalecer en sintonía con aquellos elementos que forman parte de su funcionamiento como los tendones, los ligamentos y, por supuesto, las articulaciones. Si centramos todo el trabajo en la fuerza muscular, el resto de piezas terminarán por desgarrarse o desprenderse, ocasionando un auténtico destrozo. Sin embargo, los efectos de una buena movilidad articular se extienden a:
El aumento de la frecuencia cardíaca
La dilatación de las vías ventilatorias
El incremento de los substratos energéticos y el oxígeno en la circulación
La disminución de la viscosa muscular
La mejora de los procesos neuromusculares
Una adecuada redistribución del flujo sanguíneo