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Respuesta:
ejemplo:
¿A qué llamamos maltrato de la mujer?
El maltrato de la mujer se define como cualquier tipo de comportamiento violento ejercido sobre una mujer por parte de
un hombre que mantiene (o ha mantenido) una relación íntima con ella. En el comportamiento mencionado se incluye el
maltrato físico, sexual y emocional, así como el control económico y/o el aislamiento de la víctima .
¿Cuáles son las características del maltrato de la mujer?
El maltrato de la mujer debe entenderse como una enfermedad crónica. Si bien hay casos aislados de mujeres que en
cuanto son víctimas de maltrato por parte de su pareja logran detenerlo, en la mayoría de los casos la violencia se mantiene
en el tiempo y forma parte de la vida diaria en la pareja.
¿A qué llamamos Ciclo de la violencia?
Uno de los aspectos más importantes que debemos conocer es que la violencia desaparece y reaparece en diferentes
momentos. Primero se “acumula mucho malestar” y se producen roces permanentes entre los miembros
de la pareja; después ocurre el “acto más violento”, en el que explota todo ese malestar y se produce la mayor
agresión, que puede ser física o verbal. Finalmente, se genera una situación llamada “luna de miel”, en la que
el agresor se arrepiente, pide disculpas y le promete que nunca más volverá a violentarla. Pasado cierto tiempo,
este ciclo vuelve a repetirse.
1. La acumulación del malestar también se llama “fase de acumulación de tensión”. Se caracteriza por su cronicidad y
está dominada por lo que se conoce como “maltrato psicológico”. En esta forma de maltrato el hombre ridiculiza a la
mujer, ignora su presencia, no presta atención a lo que ella dice, se ríe de sus opiniones, la corrige en público, la ofende
criticándole el cuerpo, le pone sobrenombres , etc. Estas conductas producen un efecto en la víctima, provocando un progresivo
debilitamiento de sus defensas psicológicas. De hecho, hay veces que no se llega a tener un episodio agudo de violencia
pero se vive en un constante clima de maltrato.
2. La explosión del malestar origina el “episodio agudo de violencia”. Suele ser físico, pero también puede ser sólo verbal.
El tipo de violencia física es muy variable y puede ir desde un pellizcón hasta el homicidio. Es común que en pleno
episodio de violencia el hombre obligue a la mujer a mantener relaciones sexuales. Por lo general, antes de estos episodios
el agresor aumenta la intensidad de la agresión, acusaciones, denigración, insultos y amenazas, y va creando un clima
de miedo constante en la víctima. Los tiempos entre cada episodio agudo son variables e impredecibles. A veces los
episodios de violencia física sobrevienen a diario, otras veces nunca llegan a la violencia física, incluso pueden pasar años
entre un episodio de violencia física y otro.
Lo importante es que si ha habido episodios de violencia física lo más probable es que vuelva a haberlos.
Debemos tener en cuenta que el hecho de que los episodios agudos de violencia sean poco frecuentes no implica, necesariamente,
que el grado de maltrato sea menor, ya que lo más probable es que exista mayor tiempo de acumulación de tensión
en la que predomina el maltrato psicológico.
3. El momento del arrepentimiento o “luna de miel” es clásico. El agresor pide perdón, se comporta en forma cariñosa
y hace todo lo posible para convencer a la víctima de que no volverá a tener este tipo de conductas. Entonces en este momento,
la mujer recuerda los aspectos que la enamoran de él cuando no es violento, y se reconcilian. Luego, en un clima
más amigable, puede incluso ocurrir que ambos encuentren excusas para justificar la violencia y que ella se culpe de haberle
fallado.
Explicación:
espero te ayude
Respuesta:
Es posible prevenir el maltrato infantil antes de que se produzca, y para ello es necesario un enfoque multisectorial.
Los programas preventivos eficaces prestan apoyo a los padres y les aportan conocimientos y técnicas positivas para criar a sus hijos.
La atención continua a los niños y a las familias puede reducir el riesgo de repetición del maltrato y minimizar sus consecuencias.
Una de cada 5 mujeres y 1 de cada 13 hombres declaran haber sufrido abusos sexuales en la infancia.
las consecuencias mas comunes:
años atras ellos fueron abusados
consumo de tabaco
embarazos no deseados;
consumo indebido de alcohol y drogas.