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Los distintos reyes, aunque en especial sería Carlos III, pusieron especial interés en reorganizar el comercio con América. Aunque la situación de crisis económica arrastrada desde mediados del siglo XVII todavía estaba patente, las colonias pasaban por seguir constituyendo una importante fuente de ingresos para la Corona. De hecho, en años especialmente buenos los caudales americanos significaban para España alrededor de un 20% de los ingresos totales.
Los distintos reyes, aunque en especial sería Carlos III, pusieron especial interés en reorganizar el comercio con América. Aunque la situación de crisis económica arrastrada desde mediados del siglo XVII todavía estaba patente, las colonias pasaban por seguir constituyendo una importante fuente de ingresos para la Corona. De hecho, en años especialmente buenos los caudales americanos significaban para España alrededor de un 20% de los ingresos totales.En resumen, el comercio colonial conservaba todavía al comenzar el siglo XVIII la estructura creada por los Austrias: dos puertos (Sevilla y Cádiz) que monopolizaban todo el tráfico comercial americano, organizados mediante el antiguo sistema de flotas que partían regularmente vía América con el objetivo de regresar a los mismos puertos desde donde habían partido.
Los distintos reyes, aunque en especial sería Carlos III, pusieron especial interés en reorganizar el comercio con América. Aunque la situación de crisis económica arrastrada desde mediados del siglo XVII todavía estaba patente, las colonias pasaban por seguir constituyendo una importante fuente de ingresos para la Corona. De hecho, en años especialmente buenos los caudales americanos significaban para España alrededor de un 20% de los ingresos totales.En resumen, el comercio colonial conservaba todavía al comenzar el siglo XVIII la estructura creada por los Austrias: dos puertos (Sevilla y Cádiz) que monopolizaban todo el tráfico comercial americano, organizados mediante el antiguo sistema de flotas que partían regularmente vía América con el objetivo de regresar a los mismos puertos desde donde habían partido.Además, la incapacidad industrial y agraria en la península para atender la demanda del mercado americano había originado que una gran parte del comercio estuviera controlado por comerciantes extranjeros, quienes dirigían el tráfico mercantil con las colonias a través de sus agentes situados en los puertos de Sevilla y Cádiz. Es decir, el monopolio colonial español de antaño se había quebrantado.