Argumento donde plantes tú punto de vista hacerca que los europeos repartieran el continente europeo para saquear sus recursos.

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Respuesta dada por: MANUEL2574
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Tema1

¿Cuál ha sido el papel histórico de Europa en el mundo, como la primera (y hasta el momento única) región y cultura (o civilización) que ha tenido y sigue teniendo alcance universal?

Resumen

La racionalidad y la ciencia, el Estado y el arte, la burocracia y el funcionario especializado, el derecho formal, el Parlamento, son “fenómenos culturales” propios del desarrollo de la Europa Occidental y que han adquirido hoy universal alcance y validez. Este documento pretende analizar no la UE sino el papel histórico de Europa en el mundo, la primera (y hasta el momento única) región y cultura (o civilización) que ha tenido y sigue teniendo alcance universal. Esto obliga a adoptar un singular punto de vista: el que Max Weber llamaba “punto de vista histórico-universal”, el único válido en un mundo globalizado como el actual en el que todas las historias regionales han confluido por primera vez en una única historia universal. Se trata de ver el mundo, y a Europa en él, desde el punto de vista de la historia de la humanidad. Tras repasar la historia de la europeización del mundo, se analiza el actual mundo post-europeo para terminar por considerar que el mundo está, a su vez, poderosamente europeizado.

Análisis

Hace poco más de un siglo, y casi al comienzo de La ética protestante, primera entrega de su magna tetralogía sobre las religiones y concepciones del mundo, el gran sociólogo alemán Max Weber avanzaba una afirmación que hoy es aún más actual, y oportuna. Decía Weber:

Pero, sobre todo, el resultado es ya una profunda alteración del centro de gravedad del mundo que se mueve (tanto en población como en poder político, económico y militar) hacia Asia y el Pacífico, marginando a Europa (y a España dentro de Europa) y reorientando tanto África como América (norte y sur) hacia el Pacífico. Pues todo el  mundo, y no sólo EEUU, Europa incluida, “pivota” hacia Asia.

Mientras tanto, mientras el mundo parece reproducir escenarios westfalianos (la expresión es de Kissinger), de grandes potencias que se entienden como sujetos soberanos sin reconocer ninguna autoridad superior, un mundo multipolar pero no multilateral, la UE, por el contrario, ha sabido construir un orden post-moderno y casi post-histórico de suma de soberanías sometidas al imperio de la ley. Un orden kantiano, sí, pero rodeado de un mundo, como siempre, hobbesiano.

Coclusión

Hace más de un siglo que el gran aragonés que fue Joaquín Costa –cuyo centenario celebramos en 2011– nos interpeló a los españoles asegurando que deberíamos “cerrar con siete llaves el sepulcro del Cid” para olvidar las viejas glorias del Imperio y mirar adelante. Lo hicimos en 1978, y no nos fue nada mal. Pero puede que no sólo los españoles, sino todos los europeos, hayan caído de nuevo en la tentación que denunciaba Costa.

Pues si es cierto que durante varios siglos la historia del mundo se ha escrito aquí en Europa, no lo es menos que hoy el riesgo que corremos es que se inviertan los destinos y sean otros quienes escriban nuestra propia historia, como les ocurrió a ellos antes.

El destino no está marcado, desde luego, pero los europeos –y los españoles– debemos entender que estar a la altura de los nuevos tiempos exige de nosotros un esfuerzo de generosidad, trabajo, visión e inteligencia para devolvernos al menos el protagonismo de nuestra propia historia. Pues los europeos no tenemos alternativa alguna a ese esfuerzo colectivo.

No pocos aseguran que los “cisnes negros” –los acontecimientos improbables– son más y más frecuentes, y debemos acostumbrarnos a pensar lo impensable. La ciencia social ha fracasado rotundamente en ocasiones cruciales en las últimas décadas, y no fue capaz de prever ni la caída de la Unión Soviética, ni la amenaza del terrorismo islamista en el 2001, ni la crisis económica del 2007, ni la primavera árabe ni el invierno que le sucedió. Y uno de los grandes expertos en historias imperiales –Niall Ferguson– nos advierte que la caída de estos puede seguir lógicas no lineales para precipitarse en pocos años a consecuencia del aleteo de una mariposa, como ocurrió con la Unión Soviética en 1989. Al fin y al cabo el Imperio Romano se hundió en menos de 50 años, pero la Francia borbónica o el Imperio Británico tardaron aún menos. Debemos pues ser humildes y muy conscientes de que nuestros argumentos y escenarios pueden verse devaluados en meses por algún nuevo “cisne negro”.

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Explicación:

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