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Respuesta:
Como la sociedad depende de la producción de valor y la producción se realiza usando capital, quienquiera que tenga propiedad de capital puede por tanto influir en la sociedad. Consecuentemente, es intuitivo que los dueños de un capital inmenso pueden presionar a los legisladores, que al menos tienen que considerar esta perspectiva al crear nuevas leyes.
Así que el poder del estado (al que habitualmente se considera como el poder del “pueblo”) está en cierto sentido limitado por la posesión de capital. Y sin duda los legisladores creen que su poder está hasta cierto punto limitado por la influencia de los dueños del capital. (El que esto sea algo bueno o malo es otra historia). Así que hay un constante favorecimiento mutuo entre el estado y los dueños del capital, como cabría esperarse. Ambos quieren las cosas a su manera y el aparato del estado (y los medios del estado, por remitirnos a Oppenheimer) solo permite una manera. Así que no sorprende que los dueños del capital y políticos cooperen y se cubran sus respectivas espaldas.
Explicación:
espero que te sirva