Fecha de la caida del imperio persa
Respuestas
Respuesta:
330 a. C.
Explicación:
La gran ambición del emperador persa, Dario I, era la conquista de Grecia. Es así como se inician las llamadas Guerras Médicas, que enfrentarían a persas y griegos. La Primera Guerra Médica tendría como resultado la derrota de los persas en el año 490 a.c. en la batalla de Maratón, las ciudades griegas lideradas por Atenas, con mejor ejército, más ordenado y disciplinado, obtuvieron la victoria sobre las fuerzas del imperio persa, esto puso fin a las ambiciones de Dario I en la Grecia continental, aunque amplió el territorio de su Imperio en las islas del Mar Egeo.
Después de la muerte de Dario I, su hijo Jerjes I, heredó no sólo el trono, sino también su deseo de someter a los griegos. Esta campaña militar iniciaría la Segunda Guerra Médica, donde una de las batallas más épicas fue la batalla de las Termópilas, llamada así porque tubo lugar en el paso de las Termópilas. despues
A pesar de esta victoria por parte de los Persas, la Segunda Guerra Médica también terminaría en victoria para los griegos encabezados por las ciudades helenas de Atenas y Esparta. Esto supuso que los emperadores persas tuvieran enormes dificultades para mantener el control de sus ciudades, revueltas, intrigas políticas, problemas económicos, etc., fueron factores determinantes que contribuyeron al declive del Imperio, que sería conquistado en el año 330 c.C., por el ejército de Alejandro Magno.
Respuesta:
La caída de Babilonia denota el final del Imperio neobabilónico después de que Babilonia fuera conquistada por el imperio aqueménida en 539 a. C., a manos de Ciro el Grande.
Fueron varios factores los que finalmente conducirían a la caída de Babilonia. Nabonido (Nabû-na'id, 556-539 a. C.), hijo de la sacerdotisa asiria Adda-Guppi,1 subió al trono de Babilonia en 556 a. C., después de derrocar al joven rey Labashi-Marduk. Con el paso del tiempo, el pueblo se volvió intranquilo y cada vez más desafectado bajo su mandato. Por una parte, el clero dedicado a Marduk odiaba a Nabonido debido a que había suprimido el culto de Marduk y a favor del culto del dios de la luna, Sin.23 Asimismo, durante largos períodos de tiempo le confió el gobierno a su hijo, el príncipe y corregente Baltasar, que era un soldado capaz, pero un político y diplomático pobre.4
Hacia el este, el imperio aqueménida se estaba expandiendo con fuerza. Su regente, Ciro II, había conquistado una gran franja de territorio, que cubría un área correspondiente a los países modernos de Turquía, Armenia, Azerbaiyán, Irán, Kirguistán y Afganistán. El único poder no conquistado significativo restante en el Cercano Oriente era el imperio neobabilónico, que controlaba Mesopotamia y reinos súbditos como Siria, Judea, Fenicia y partes de Arabia. Babilonia había estado estrechamente relacionada con enemigos de Ciro en otros lugares. El imperio fue previamente un aliado de Creso de Lidia, cuyo reino fue invadido por los persas unos años antes de la invasión de Babilonia.5 Asimismo, Ciro afirmaba ser el sucesor legítimo de los antiguos reyes de Babilonia, por lo que logró ser muy popular en Babilonia, a diferencia de Nabonido.67Fueron varios factores los que finalmente conducirían a la caída de Babilonia. Nabonido (Nabû-na'id, 556-539 a. C.), hijo de la sacerdotisa asiria Adda-Guppi,1 subió al trono de Babilonia en 556 a. C., después de derrocar al joven rey Labashi-Marduk.
Tras su caída, Babilonia se encontró bajo dominio extranjero por primera vez. Se estableció un nuevo sistema de gobierno y se desarrolló un estado multinacional persa. Este sistema de gobierno llegó a su apogeo después de la conquista de Egipto por Cambises II durante el reinado de Darío I, y luego recibió su fundamento ideológico en la inscripción de los reyes persas.28
Por otra parte, la invasión de Babilonia por Ciro fue facilitada por la existencia de un grupo de la población descontento en la administración del Estado, así como por la presencia de exiliados extranjeros como los judíos, que habían sido instalados en el medio del país. Uno de los primeros actos de Ciro, en consecuencia, fue permitir que estos exiliados volvieran a sus hogares, llevando consigo las imágenes de sus dioses y sus vasijas sagradas. El permiso para hacerlo estaba incorporado en una proclama real, por la cual el conquistador se esforzaba por justificar su reclamo al trono de Babilonia. Se dice que los judíos inicialmente asumieron a los persas como libertadores. Ciro envió a los exiliados judíos de vuelta a Israel desde el cautiverio de Babilonia.29 Aunque los judíos nunca se rebelaron contra la ocupación persa,30 se mantuvieron activos bajo el periodo de Darío I consolidando su poder,31 y bajo Artajerjes I,3233 sin tomar las armas, ni tomar represalias contra el gobierno.
Entre los babilonios, los sentimientos de que nadie tenía derecho a gobernar sobre Asia occidental siguieron siendo fuertes, hasta que Bel y sus sacerdotes consagraron en el cargo a Ciro; y, en consecuencia, asumió el título imperial de Rey de Babilonia. Ciro afirmó ser el sucesor legítimo de los antiguos reyes de Babilonia y el vengador de Bel-Marduk, y se describió a sí mismo como el salvador elegido por Marduk para restaurar el orden y la justicia.
Explicación:
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