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MADRID.Fijar el número de niños que deben nacer para que unas generaciones sustituyan a otras no requiere de grandes estudios o de sesudos científicos, sólo de matemáticas: cada pareja debe tener un mínimo de dos niños (2,1), que son los encargados de sustituir, al menos, a los dos padres que los trajeron al mundo. España no sólo incumple la regla, sino que se encuentra un 44% por debajo del nivel necesario para cubrir ese reemplazo generacional.
En 1997 nuestra tasa de fecundidad se volvió a quedar estancada, esta vez con una media de 1,16 niños por mujer. La buena noticia es que nacieron 3.000 niños más que el año anterior. La mala, que se trata de un aumento mínimo, una confirmación de que se ha tocado fondo, según los entendidos.
Alejada de la cifra de nacimientos que garantiza la adecuada sustitución generacional, España se encamina a un "preocupante" descenso de población en todas sus comunidades.
El estudio Evolución de la fecundidad en España 1970-1994, presentado ayer por el INE, muestra una curva en picado que no deja de alarmar a los demógrafos. En ese periodo, España ha pasado de ser el segundo país con más hijos por mujer (2,9), a estancarse en el último lugar de la cola 24 años después, con una media escasa de 1,21 hijos en 1994.
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