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Pues es lo mínimo que puede caber en un vaso poquititito
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Durante muchos años se habló de los efectos beneficos de tomar una copa de vino por las noches con efectos protectores hacia el corazón. Debemos analizar desde el punto de vista médico y científico si esto es verdad o no.
La discusión comienza cuando necesitamos analizar qué tipo de bebida alcohólica brinda la protección adecuada sabiendo de que el alcohol se encuentra asociado a múltipes enfermedades (incluso mortales), por lo cual, es importate saber identificar qué es lo que hace daño o ayuda a la salud cardiovascular.
Cuaquier bebida alcohólica (independientemente que el consumidor sea un bebedor social o asociado a alguna adicción) puede ser, dependiendiente de la dosis administrada, tóxica para el corazón y otros órganos como el hígado, páncreas, cerebro, deficiencias vitamínicas, desnutrición y corazón.
Estos riesgos son los que nos han hecho desarrollar estudios para determinar si el alcohol es efectivamente “cardio protector” y a que dosis le brinda ese efecto. Desfortunamente por falta de información de parte del gremio médico y de los medios de comunicación, la población puede malinterpretar esa recomendación de la protección del corazón con el alcohol para justificar el abuso del mismo, por lo cual intentaremos en este artículo, definir lo más adecuadamente posible cuales son los beneficios de consumir cantidades leve-moderadas de alcohol como efecto cardio-protector.
Según los estudios clínicos recientes se ha identificado una sustancia, que sí puede provocar tales efectos de protección, llamada Resveratrol encontrada exclusivamente en el vino tinto y su mecanismo de acción es a nivel de las lipoproteínas de alta densidad (HDL) consideradas como el “colesterol bueno” que ayuda al colesterol malo a no despositarse en las paredes internas de las arterias del corazón, evitando así oclusión a mediano-largo pazo.
La dosis es muy importante porque la intención no es provocar un estado de embriaguez, ya que el concepto de “mientras más tomo, más me beneficia” no es correcta, sino que hay una dosis permitida para lograr tal efectos protectores contra el infarto al corazón y al cerebro. Estas sustancias también se pueden encontrar en los jugos de uva morada y en los jugos de arándano, por lo cual no es una obligación que sea alcohol.
La dosis recomentada es de una bebida o copas para mujeres y dos para varones al día exclusivamente acompañado de los alimentos y no con fines recreativos para tomarse solo, no como aperitivo ni digestivo. El consumo mayor a esas cantidad, no ha demostrado el efecto dañino que las dosis menores y conlleva a mayores riesgos de hábito repeptitivo hasta el abuso.
Nunca hay que hacerlo para justificiar el efecto benéfico ya que se ve muy limitado (e inclusive dañino) en aquellas personas que nunca habían tomado y no se recomienda que comiencen con este hábito ya que puede tener efectos no deseados por la baja tolerancia, tanto de salud física, como aumento del riesgo de accidentes.
Así que repetimos la premia clásica inicial, “Todo con medida”
Explicación: