Respuestas
Respuesta dada por:
5
Correspondencias
Charles BaudelaireLa Naturaleza es un templo cuyos vivientes pilares,
dejan a veces escapar confusas palabras.
El hombre posa allí a través de bosques de símbolos,
que lo observan con miradas familiares.Como largos ecos que de lejos se confunden
en una tenebrosa y profunda unidad
—vasta como la noche y como la luz—
los perfumes, los colores y los sonidos se responden.Hay perfumes frescos como carne de niño,
dulces como los oboes, verdes como las praderas.
Y hay otros corrompidos, ricos y triunfantes,que tienen la expansión de las cosas infinitas,
como el ámbar, el almizcle, el benjuí y el incienso,
que cantan los transportes del espíritu y los sentidos.
Charles BaudelaireLa Naturaleza es un templo cuyos vivientes pilares,
dejan a veces escapar confusas palabras.
El hombre posa allí a través de bosques de símbolos,
que lo observan con miradas familiares.Como largos ecos que de lejos se confunden
en una tenebrosa y profunda unidad
—vasta como la noche y como la luz—
los perfumes, los colores y los sonidos se responden.Hay perfumes frescos como carne de niño,
dulces como los oboes, verdes como las praderas.
Y hay otros corrompidos, ricos y triunfantes,que tienen la expansión de las cosas infinitas,
como el ámbar, el almizcle, el benjuí y el incienso,
que cantan los transportes del espíritu y los sentidos.
Preguntas similares
hace 7 años
hace 7 años
hace 9 años
hace 9 años