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Perdidos en medio de la inmensidad del tiempo se encuentran rastros que indican la posibilidad de un común ancestro entre las culturas indígenas de América y la milenaria cultura china. Sus sorprendentes similitudes no dejan de asombrar a los investigadores y antropólogos; a la vez que estimulan a posteriores estudios para tratar de comprender más esos valores históricos y culturales.
Es frecuente decir en español que es un "cuento chino" cuando algo descrito raya en lo inverosímil o suena como obra de la fantasía. Sin embargo, muchos cuentos chinos resultan ser reales a pesar de lo inverosímil que pueda parecer su contenido. El intentar hacer un recuento de las raíces chinas en las antiguas culturas indígenas de América puede llegar en ciertos momentos a parecer fantástico o increíble, pero no es de ninguna manera otro "cuento chino" más. Por el contrario, debe ser una pieza de valor histórico-antropológico que deben atesorar nuestros pueblos.
Desde hace mucho tiempo, los intelectuales han reconocido las múltiples similitudes que existen entre los rasgos fisonómicos y culturales de los indios americanos y los pueblos del Lejano Oriente. Entre la diversas hipótesis que existen acerca del origen del hombre americano, casi toda concluyen que tuvo un origen asiático.
La clásica hipótesis de las migraciones prehistóricas del hombre por el Estrecho de Bering y su eventual asentamiento en el Hemisferio Occidental se ve ahora reforzada y contendida a la vez por nueva hipótesis con igual o mayor volumen de argumentación.
Dentro de este escenario de intensos debates académicos, las trayectorias histórico-culturales del pueblo chino nos presentan sorprendentes revelaciones que aparte de maravillarnos, nos proporcionan nuevas posibles claves para entender mejor el enigma del origen del hombre americano.
El enigma del hombre americano, a pesar de no haber sido suficientemente aclarado hasta ahora, sin embargo nos revela ciertos aspectos que prácticamente son indiscutibles. La teoría del origen autóctono del hombre americano ha probado ser simplemente producto de un impulso emocional nacionalista. Muchas otras teorías también están similarmente motivadas. Por ejemplo, el norteamericano Osman Hill intenta demostrar con una sencilla autopsia hecha a un cherokee que los indios norteamericanos no poseen rasgos anatómicos propios de "amarillos o negros". Todas estas teorías no fueron capaces de resistir la crítica y oportunamente fueron descartadas por insostenibles.
La tesis propuesta por el antropólogo norteamericano Ales Herdlicka sobre el paso de grupos raciales de origen mongoloide a través del Estrecho de Bering es uno de los esfuerzos explicativos en torno al origen del hombre americano que ha resistido los procesos de refutación en su contra.