Respuestas
Respuesta:
edición 2011 del Latinobarómetro muestra que, en ese mismo año, el porcentaje promedio de personas en la región que declaró describirse como parte de un grupo que es discriminado fue de 20%; al mismo tiempo, también en promedio, los entrevistados respondieron que consideraban que un 45% de los ciudadanos de su respectivo país sufrían discriminación. Según la interpretación del mismo estudio, la diferencia entre ambos porcentajes sugiere una amplia existencia de estereotipos y prejuicios en los países analizados. Finalmente, al preguntársele a los entrevistados cuántos ciudadanos de su respectivo país eran discriminados por raza, aquéllos respondieron con 36% en promedio.
Respuesta:
Explicación:
En América Latina y el Caribe hay entre 33 y 40 millones de indígenas divididos en unos 400 grupos étnicos, cada uno de los cuales tiene su idioma, su organización social, su cosmovisión, su sistema económico y modelo de producción adaptado a su ecosistema. Cinco países agrupan casi el 90% de la población indígena regional: Perú (27%);, México (26%);, Guatemala (15%);, Bolivia (12%); y Ecuador (8%);. La población negra y mestiza afrolatina y afrocaribeña en la región alcanza unas 150 millones de personas, lo que significa alrededor de un 30% de la población total de la región. Con relación a su ubicación geográfica, se ubican especialmente en Brasil (50%);, Colombia (20%); y Venezuela (10%);.
Tras siglos de exclusión y dominación, a principios del nuevo milenio los pueblos indígenas, afrolatinos y afrocaribeños presentan los peores indicadores económicos y sociales y tienen escaso reconocimiento cultural y acceso a instancias decisorias. Además, la discriminación étnica y racial también está en la base de los sentimientos xenofóbicos en los países de la región. Tal discriminación se transfiere al otro-extranjero, sobre todo si no es blanco y migra desde países caracterizados por una mayor densidad de población indígena, afrolatina o afrocaribeña. La xenofobia se exacerba si aumenta la masa de desplazados entre fronteras, sea por razones económicas o expulsados por conflictos bélicos; y sobre todo si las migraciones internacionales presionan sobre mercados laborales ya restringidos en los países receptores