Actividad física planificada, estructurada y repetitiva, realizada para mantener o mejorar una física._
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Actividad física. Es cualquier movimiento corporal producido por la musculatura esquelética que tiene como resultado un gasto energético por encima del metabolismo basal (es decir, el gasto energético que el cuerpo necesita para funcionar).
Ejercicio físico. Es la actividad física planificada, estructurada y repetitiva que tiene el objetivo de mejorar o mantener uno o más componentes de la forma física. Se llama deporte cuando la actividad física se hace en un marco reglamentario y competitivo.
Forma física. Es el nivel de energía y vitalidad que permite a las personas hacer tareas diarias habituales, disfrutar del tiempo libre activo y afrontar las emergencias imprevistas sin fatiga excesiva. Se dice que la forma física tiene cuatro componentes:
Resistencia cardiovascular. Es la capacidad de resistir la fatiga y de recuperarse de manera rápida después de realizar esfuerzos. Se trabaja con actividades aeróbicas (las que movilizan grandes grupos musculares y permiten hacer esfuerzos de larga duración, ya que no se produce falta de oxígeno) como caminar, ir en bicicleta, nadar, bailar, subir y bajar escaleras, trabajar en el huerto o el jardín.
Fuerza. Es la capacidad del músculo o grupos de músculos de generar tensión intramuscular bajo condiciones específicas. Trabajar la fuerza repercute en el sistema neuromuscular, evita la pérdida de masa muscular y mantiene y prolonga la autonomía de las personas mayores. Por ejemplo, subir escaleras, coger peso, hacer ejercicios específicos solo con el cuerpo o con máquinas de instalaciones deportivas como en los parques de salud o gimnasios.
Flexibilidad. Es la capacidad de estirarse, alargarse y doblarse sin dificultad. Es beneficioso para la salud porque evita la pérdida de movilidad articular que conlleva la inactividad y mejora la higiene postural. Se trabaja, sobre todo, mediante estiramientos o actividades como el taichi o el yoga.
Equilibrio. Es la capacidad de mantener una posición en contra de la gravedad, por ejemplo, cuando se separa un pie del suelo. Ayuda a mantener la funcionalidad en las actividades de la vida diaria y prevenir caídas. Se puede trabajar con actividades como el taichi o el yoga.
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