Respuestas
El asma es una afección en la que se estrechan y se hinchan las vías respiratorias, lo cual produce mayor mucosidad. Esto podría dificultar la respiración y provocar tos, silbido al respirar y falta de aire.
Los signos y síntomas del asma comprenden:
Falta de aire
Dolor u opresión en el pecho
Problemas para dormir causados por falta de aire, tos o silbido al respirar
Un pitido o silbido al respirar que puede oírse al exhalar (el silbido al respirar es un signo frecuente de asma en los niños)
Tos o silbido al respirar que empeora con un virus respiratorio, como un resfrío o influenza
Los signos que indican que probablemente el asma esté empeorando comprenden:
Signos y síntomas del asma que son más frecuentes y molestos
Aumento de la dificultad para respirar (se calcula con un medidor de flujo máximo, el cual es un dispositivo que se utiliza para verificar el funcionamiento de los pulmones)
Necesidad de usar un inhalador de alivio rápido con mayor frecuencia
Para algunas personas, los signos y síntomas del asma se exacerban en ciertas situaciones:
Asma provocada por el ejercicio, que puede empeorar con el aire frío y seco
Asma ocupacional, desencadenada por irritantes en el lugar de trabajo, como vapores químicos, gases o polvo
Cuándo consultar al médico
Los ataques de asma graves pueden poner en riesgo la vida. Colabora con el médico para determinar qué hacer cuando los signos y síntomas empeoran, y cuándo necesitarás tratamiento de urgencia. Los signos de urgencia por asma comprenden:
Rápido empeoramiento de la falta de aire o del silbido al respirar
Falta de mejora, incluso después de usar inhalador de alivio rápido, como salbutamol
Falta de aire cuando haces la mínima actividad física
Consulta con el médico
Ve a ver al médico:
Si crees que tienes asma. Si tienes tos o silbido al respirar frecuente que dura más de algunos días o si tienes cualquier otro signo o síntoma de asma, ve a ver al médico. Tratar el asma antes de tiempo puede prevenir daño pulmonar a largo plazo y ayudar a evitar que la afección empeore con el paso del tiempo.
Para controlar el asma después del diagnóstico. Si sabes que tienes asma, colabora con tu médico para controlarla. Un buen control a largo plazo ayuda a que te sientas mejor en el día a día y puede prevenir ataques de asma que ponen en riesgo la vida.
Sustancias que se encuentran en el aire, como polen, ácaros del polvo, esporas de moho, caspa de mascotas o partículas de residuos de cucarachas
Infecciones respiratorias, como un resfriado
Actividad física (asma provocada por el ejercicio)
Aire frío
Tener un pariente consanguíneo (como padre o hermano) con asma
Tener una afección alérgica, como dermatitis atópica o rinitis alérgica (fiebre del heno)
Tener sobrepeso
Ser fumador
Exposición al tabaquismo pasivo
Exposición a gases de escape o a otros tipos de contaminación
Exposición a desencadenantes en el ámbito laboral, como los productos químicos utilizados en las industrias de la agricultura, la peluquería y la fabricación
Complicaciones
Las complicaciones del asma son:
Signos y síntomas que interfieren en el sueño, el trabajo o las actividades recreativas
Días de ausencia al trabajo o a la escuela por enfermedad durante los ataques de asma
Estrechamiento permanente de los tubos bronquiales (remodelación de las vías respiratorias) que afecta la forma en que puedes respirar
Efectos secundarios del consumo a largo plazo de algunos medicamentos que se utilizan para estabilizar el asma grave
Un tratamiento adecuado marca una gran diferencia a la hora de prevenir complicaciones a corto y a largo plazo producidas por el asma.
Prevención
Aunque no exista forma de prevenir el asma, tú y tu médico pueden colaborar para diseñar un plan detallado a fin de vivir con tu afección y evitar que ocurran ataques de asma.
Vacúnate contra la influenza y contra la neumonía. Estar al día con las vacunas puede evitar que la influenza y la neumonía desencadenen ataques de asma.