cual fue la motivacion de golognesi para entrar al ejercito

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Respuesta dada por: dayahanna200864
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Hijo del compositor italiano Andrés Bolognesi y de Juana Cervantes, nació en Lima el 4 de noviembre de 1816, según consta en su partida de bautismo. A la edad de ocho años se trasladó con su familia a Arequipa donde cursó estudios en el Colegio Nacional de la Independencia Americana1​ y posteriormente fue trasladado, por pedido de su madre, al Seminario Conciliar de San Jerónimo. Luego trabajó como tenedor de libros (contador) de una empresa (1832-1840) e incursionó en el negocio muy rentable de la cascarilla y la coca, viajando para tal fin a las montañas de Carabaya (Puno). En 1853 ingresó en el ejército, durante la amenaza de guerra entre el Perú y Bolivia. Se especializó en artillería. Poco después, se sumó a la Revolución Liberal de 1854 encabezada por Ramón Castilla contra el gobierno de José Rufino Echenique. Se mantuvo leal al gobierno de Castilla durante la guerra civil de 1856-1858 y participó en la toma de Arequipa. Fue ascendido a coronel y enseguida participó en la campaña de Ecuador (1859-1860), siendo enviado luego a Europa para adquirir armamento para el ejército y cañones para los fuertes del Callao. En 1868 asumió como Comandante General de Artillería. Al estallar en 1879 la guerra de Chile contra el Perú y Bolivia, se hallaba ya retirado del servicio, pero solicitó su readmisión y fue destinado como Jefe de la 3º División en el Sur, al frente de la cual se destacó en las batallas de San Francisco y Tarapacá. Al replegarse los restos del ejército peruano hacia Tacna, se le confió la defensa de la plaza de Arica con 2000 hombres, la misma que fue sitiada por fuerzas chilenas muy superiores en número y poderío de fuego. Cuando el mando adversario, a través del mayor Juan de la Cruz Salvo, le solicitó su rendición, se negó dando su célebre respuesta:

«Tengo deberes sagrados que cumplir y los cumpliré hasta quemar el último cartucho».

Sus oficiales y subordinados le acompañaron resueltamente en su decisión. El 7 de junio de 1880 se libró la batalla final, donde, en sangrienta lucha cuerpo a cuerpo, cumplió su promesa y murió: una bala le impactó el corazón en tanto que un culatazo le destrozó el cráneo.

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Respuesta dada por: aalexandram28
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Nuestro patrono tuvo una carrera militar destacada por la técnica y la gestión transparente, sus potencialidades le facultaron a ser comisionado hasta en tres (03) oportunidades al viejo continente para adquirir material bélico, cumpliendo sus encargos con responsabilidad, honestidad y eficiencia; esos seis (06) años que permaneció en el extranjero, le sirvieron para conocer de cerca a otros Ejércitos más avanzados y las realidades de los países europeos. Tuvo descollante participación combatiendo en el “Sitio de Arequipa” (6 y 7 de marzo de 1858), durante la Guerra Civil Peruana (1856-1858), en donde obtiene el grado a Coronel por acción distinguida y combatiendo en la Campaña contra el Ecuador (1860) en la que comandó del Batallón Volante de Artillería; en ambas gestas combatió con el General Ramón Castilla (ya investido como Primer Mandatario).

Durante el retiro de Bolognesi, suceden los referentes políticos más críticos en el escenario nacional, como el “Antimilitarismo” llevado a cabo durante el gobierno de Manuel Pardo “Primer Presidente Civil del Perú del S. XIX” (1872-1876), expresado en una “Reforma Militar” que redujo el efectivo de las tropas (de 3616 a 2225 hombres) y de las unidades militares, fortaleciendo a la Guardia Nacional por encima del Ejército, en su gestión solo se compraron municiones de bajo calibre y los defectuosos fusiles Chassepot. De Pardo le sucede el General Mariano Ignacio Prado (02 de agosto de 1876 al 18 de diciembre 1879), quien fue políticamente incapaz de ponernos al margen del conflicto Chileno – Boliviano, no obstante cuando ya estaba avanzada la guerra y ya se había perdido la Campaña Marítima y la Terrestre de Tarapacá, decidió erróneamente viajar a Europa para adquirir armamento; Nicolás de Piérola aprovechó su ausentismo para asestarle un golpe de estado y alzarse como Jefe Supremo de la Republica (23 de diciembre de 1879), privándole sus derechos ciudadanos, borrándolo del escalafón e impidiendo cualquier posibilidad de retorno (decreto del 22 de mayo de 1880) por “Vergonzosa deserción y fuga”. Piérola, ya en el poder resultó demasiado imprudente, al reformar a la Institución en plena guerra, dividió erróneamente el Ejército del Sur, en el Primer Ejército (con sus cuerpos acantonados en Tacna y Arica) y el Segundo Ejército (con sus cuerpos acantonados en Moquegua, Cusco y Arequipa), cada uno independiente del otro y bajo las órdenes directas del gobierno, esa fue una de las desastrosas razones por que la 2da División del 2do Ejército del Sur “nunca reforzó” a los defensores de Arica, (porque pertenecían a otra División).

Pese a todo, el Titán del Morro, estaba convencido que los peruanos, no merecíamos vivir otra frustración, tras el trago amargo de perder en la Batalla de Tacna, con esa derrota se diluyó definitivamente la Alianza con Bolivia y también se diluye el Primer Ejército del Sur, de ese cuerpo, solo quedaban los 1,600 hombres en Arica; muy a pesar de estar aislados, no estaban preparados para contener a la aplastante ofensiva chilena que se venía, pero no era el momento de deshonrar a la patria, no era aceptable pretender siquiera entregar el último baluarte peruano en el sur sin cobrar cara batalla, tal como lo ofrecía el parlamentario chileno, el Mayor Juan De La Cruz Salvo; el Perú necesitaba urgentemente mantener su honor incólume y reivindicar su concepto de nación, entonces resistir o capitular ya era un asunto de honras.

En la noche del 28 de mayo de 1880, el Coronel Ugarte ofreció una cena, en la que se discutió la situación táctica de la defensa, la Oficialidad peruana, decide entonces, previo acuerdo de jefes, resolver por secundar la decisión de Bolognesi: “Arica no se rinde, resistiremos, hasta quemar el último cartucho”; esta cohesión patriótica fue reiterada nuevamente de manera unánime, ante el parlamentario chileno, el 05 de junio de 1880.

Un mes después de la batalla, el vapor peruano “Limeña” arribó a la ya chilena provincia de Arica, para cumplir con la misión de trasladar a la capital, a los 1000 heridos de la Campaña de Tacna y recoger también los restos mortales del Coronel Bolognesi y del Capitán de Navío More, se pudo constar al cumplir su tarea, el gesto educado que hiciera Chile en consideración al heroico Coronel peruano, que personificaba a todos sus defensores caídos. Previa ceremonia militar y misa de difuntos, se adornaron las calles con formaciones de honor de tropas vestidas de gala, los féretros fueron llevados desde la iglesia San Marcos hasta el muelle en hombros por una escolta y al compás del cortejo de una banda de músicos que entonaron las marchas fúnebres, una vez en el muelle, los héroes fueron embarcados, con honores de reglamento a su grado, con salvas de rigor y un toque de silencio, “Era pues, la muestra de respeto que rendía un vencedor, que había sido opacado por la valentía y el honor de un vencido que supo cumplir con su deber”.

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